La ladrona de libros

E.E. Cummings

“Estoy segura que eso ya existe”, dijo ella, ante la afirmación de que ese fuera un buen título para una novela. Al parecer La ladrona de libros es una novela alemana publicada en el 2005, escrita por Markus Zusak; pero esta es la historia de otros robos.

Empieza con el préstamo ilícito reciente. Son pasajes de su vida, digamos que es Dalí pero no lo es… es de estas memorias que captan por vía de un trabajo de estilo y narración impresiones personales, quizás, a lo Confieso que he vivido de Pablo Neruda que da para decir “su prosa me gusta más que sus versos” a las espaldas de Chilenos devotos. Lo metí en mi cartera y no sé quien es el dueño original, realmente. “¿Qué hice mi copia de @#$%...?” se estará preguntando ahorita.

Sí, lo censuro y omito ciertos datos de robos de libros para que no me persigan las autoridades.


Y cuando pienso en el libro de Herman Hesse -edición pocket, pero cholo, grueso porque es una antología-- que me llevé adrede del estante decorativo de un café/restaurante que me gusta mucho… no logro acordarme de su título, no lo veo. Debe ser mi miopía y astigmatismo o el simple hecho de que, pasada la escritura de una dedicatoria con Post-it, se lo regalé a alguien, convirtiéndolo en cómplice del robo. Y justo en frente mío tengo Selected Poems de E.E. Cummings editado por Liveright. No lo he robado, pero tampoco es mío. Estamos en un área gris que me permite estirar la mano y consultar sus poemas. Anécdotas. Retratos. Los amorfos. La prosa con ritmo. Las imágenes recurrentes de primavera. // (I do not know what it is about you that closes and opens;only something in me understands the voice of your eyes is deeper than all roses) // Me acordo a la colección de poemas de Robert Desnos, Corps et Bien.

Aunque no sean robados, si no son míos, no los mancho.
Si son míos, sí.

Cuando tenía 14 años me robé una versión hermosa de E.M. Forster A room with a view de Penguin, que no sé qué estaba haciendo allí adonde la encontré, un lugar académico para un público poco interesado en literatura inglesa en su idioma original. Mi cómplice y yo estábamos felices y aún busco pasajes que me gustaron por su prosa, su manera de apuntarle a cómo nos comportamos, pero no lo voy a citar.

Luego, 10 años después, tuve en mis manos Just Kids de Patti Smith, ajeno. “La Eu me lo prestó”, me dijo mi prima. Y pasó a mis manos y se confundió con mis libros pero luego de un rato le dije a la dueña “Ey, yo tengo tu Just Kids”, así que ella ya sabe. Las tres comentamos que hay escenas bien bonitas y como bien escritas, pero después se vuelve un poco plano. No sabía yo tanto de Patti Smith y Rob Maplethorpe; el principio es genial pero idílico y romantizado.

“We had our work and one another. We didn’t have the money to go to concerts or movies or to buy new records, but we played the ones we had over and over.”

De allí Ficciones fue un robo producto de una generosidad voluntaria. Llévatelo, me dijo, podés leer un cuento un día y otro otro, allí tenelo. Mario y su adicción a The Book Depository lo había convertido en un gran lector generoso. Y allí lo tengo, Ficciones de Jorge Luis Borges. A este párrafo agregaría que mi Rayuela de Julio Cortázar 1) no es mía, pero apareció en mi casa y 2) me ha servido para leer el capítulo 68 y el 7, porque no he leído Rayuela. Soy una ignorante.

Y reconozco yo de entre mis libros un par de Castellanos Moya que llegaron a mí sin yo comprarlos, una antología de Wilde que no pude devolver a su fuente, y otros que tienen esta figura de ¿será que los devuelvo? Aunque, ajá, siempre acalaro que no soy ninguna ladrona, y devuelvo las cosas que me prestan como dando fe que me podés prestar más.... Pero también miento y digo cosas como “no me gustan los gatos”, falacias.

Siempre quise robarle a mi hermana Guns, germs and steel y no se dejó. Y, ojo, a tomar en cuenta que si bien uno se puede salir con la suya, el Karma recae sobre uno. Su castigo se manifiesta dejando un libro muy querido tirado o cuando no te devuelven cosas, libros, accesorios... Es solo el karma restableciendo

el equilibrio.

y esto es más sobre el romanticismo de Patti Smith y Robert Maplethorpe, según este artículo de Minful Matter:

Scarcity didn’t stop Smith and Mapplethorpe from finding inspiration, either. Longing for visits to art museums, but not being able to afford two tickets, the pair bought one single ticket. One of them would go in, explore the art, and the deliver a report to the other.


Me lo quería robar, ve. 
Patricia Trigueros

Paty Trigueros

105 lbs, Sagitario, 1m56. Paty Stuff son las cosas que llenan mi agenda, las reseñas y anécdotas que lo recuentan. Hablo español, inglés, francés y spanglish. Me exilié en Francia por cuatro años y al regresar caí en copy publicitario, entre otras cosas. Redacto, escribo, traduzco, me río, tomo mucho café, soy una fumadora de medio tiempo y como como señorita pero tomo caballero.

0 comments: