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Películas familiares



familiar:
2. adj. Conocido previamenteSu cara me es muy familiar.


Texto de ayer, hoy:

Hoy es sábado, pero se siente como domingo. Se me habían olvidado los viernes, ¿quién diría? Y desperté privada de sueño y lejos del bienestar zen etc, eso que profesa Goop y permea en todos los Gwyneth-relatos.  Las calles de San Salvador llenas, el tráfico colapsado, nivel “¡Qué barbaridad!”. Ah, chís, si es sábado al medio día. Yo juraba que iba a ser un domingo-sin-nadie-en-la-calle, un domingo con cosquilleos de
quedémonos-viendo-una-peli.

Hay domingos como para ver algo nuevo, nada que ver, extranjero y extraño. Y hay domingos de películas familiares, conocidas.

Pero ese sábado dominguero, tenía muchas ganas de ver una película estilo E.T. the extraterrestrial (1982). Hay días en los que simplemente me dan (muchas) ganas de volver a sentir la emoción de que E.T. está metido de entre las muñecas, o ver cómo se emborracha en la casa por negligencia terrícola. Regresar a los props de esa época, a los Reese's Pieces; qué cabrón este Steven Spielberg y su fórmula perfecta con humor, product placements y también drama. Uno ríe y llora con la historia de un extraterrestre mágico, cuya voz es de la actriz nominada (o galardonada, no sé) Debra Winger (Terms of Endearment (1983), Forget Paris (1995)). Aprendí este dato curioso leyendo la enciclopedia digital de cine Cinemania 96.

Highlight: E.T. sale a por dulces y salvación una tarde de Halloween gringo y, cuando se le atraviesa un cipote vestido de Yoda, nuestro héroe epónimo pela cables* y empieza a gritar “Home! Home! Home!”.

*pelar cables: regionalismo sinónimo de alocarse.

¿Adónde estabas tú cuando salió Jurassic Park?

Otras veces, quiero regresar al Jurassic Park (1993). Hablo de the real Jurassic Park, no los gremlins raros, sous forme de secuelas y remakes, que salieron después. Hablo del amor implícito entre Sam Neill y Laura Dern, el conflicto moderno de un hombre que no quiere niños pero se ve obligado a cuidar de dos niños (sin padres responsables) en una isla de dinosaurios (¿?), en donde (cf Seinfeld) es el villano. Este último presenta obvios característicos de hijo celoso y subestimado, pero dejando al lado su psyche... Men, ¡qué buena película! La musiquita me da escalofríos aún hoy y me transporta a estas escenas clave como la de la cocina, la de la cabra y a estar viéndola sin VHS con mi mamá gritando "¡La Mosca!" cada vez que salía Jeff Goldblum en escena.

Highlight: El rol subestimado de Samuel L. Jackson que vive fumando frente al ordenador diciendo "Hold on to your butts."

Creo que me caería muy bien ver The Goonies. Yo quería ser uno de ellos. Nunca ha habido tan perfecta combinación de realidad y fantasía, con personajes encantadores y de los mejores chistes de traducción en la historia del cine. Mis goonies, aún los quiero con todo y el drama que conlleva ser niños y estrellas de cine. Quiero decir que todo son highlights: la búsqueda del tesoro de Guille el Tuerto (One eyed willie) la dinámica terrorífica de The Fratellis, las historias de Chunk y su amistad con Sloth ("Heyy you guyyyss!")... todo es chivo. Gracias Chris Columbus y Spielberg por esta pequeña joya y el personaje estrella Rosalita, la empleada.

Y otra que era buena era Father of the Bride. Pasa de ser buen a  tanto verla, todos juntos, en la sala familiar o el cuarto de mis papás. Buenísimo el aturdimiento de la familia, la planificación de la boda por Martín Short... exportación de modelos culturales gringos. Los tres actos de la peli son muy divertidos, y la ternura atraviesa toda la película.

Highlight: mi papá lo pronunciaba "fazer of the brais", bien chivo.

En esta misma categoría de películas familiares, está The First Wives Club. No fue hace mucho que la vi en un sofá negro, por primera vez en la vida adulta o en mucho tiempo, con un amigo serbocroata. Él creció en Belgrado y yo en Centroamérica, pero a ambos nos llegaba ver The First Wives Club con nuestra mamá. Y de allí, en una conversación reciente, en la discutimos si yo era la Elise (Goldie Hawn) aunque francamente todas amamos a la Brenda (Bette Middler), descubrimos que nos vemos reflejadas en esas divorciadas. ¿Es la edad, o el haber crecido con ellas? La quiero ver de nuevo ahorita y montar una reinterpretación de "You don't own me". Te amo, Diane Keaton.

Highlight: ¿Qué ondas, Sarah Jessica Parker? Levemente odiosa de manera permanente, es más cerota de lo normal como la segunda esposa de Morty; perfecta en su papel. Mi conflicto preferido: Morty y Brenda, divinos.

Haré mención honorífica a Mrs. Doubtfire, pero acepto que es un poco enfermizo todo el vacil. Ebert lo puso de manera elegante: no es realista, no es viable. Pero tiene sus cositas que vale la pena...

Y abajo: una representación de cómo luzco físicamente los días en lo que me caería bien una peli así como familiar.
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Patricia Trigueros

Mis pelis frenchies parte 2



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Otros títulos, como Amélie (2001) y La vie en rose (2007), me suenan a mí y a un montón de gente. Son parte de los referentes recientes de la categoría aquella que medio-amo, que disfruto, “cine francés”. Y mis pelis frenchis contemporáneas, estas son las que más amo:

“Eso es tan L’Auberge Espagnol (2002)”, porque sí, se convirtió en un adjetivo. Es la voz con la que te podés identificar de alguien perdido, haciéndose preguntas, viendo qué le funciona y qué no le funciona; aprendiendo a lo largo de su estadía Erasmus en Barcelona y a lo largo de lo que sería una trilogía con Les poupées russes (2005). Quizás el humor en esta ensalada de extranjeros que buscan idiomas en común para relacionarse y en tensiones que estallan es precisamente lo relacionable que es, relacionable incluso cuando lo ves desde afuera. Yo nunca he estado en Barcelona y no sabía lo más mínimo del programa de intercambio Erasmus, pero sé por Romain Duris en L’Auberge Espagnole que aprender catalán no es así no más y que mantener tu relación a distancia con Audrey Tautou es una prueba difícil de confianza.

Le Hérisson (2009) se anuncia como una historia un poco absurda, al principio, cuando escuchamos la voz de la narradora que dice, mientras filma escenas de su vida cotidiana, que planea suicidarse cuando cumpla 12 años. Dice que se rehúsa a terminar viviendo en la burbuja en la que vive su familia y que, como cineasta, no importa cómo morís: importa qué estabas haciendo cuando moriste. Pero en este burbuja fuera de la burbuja, se hace amiga de la conserje. ¿Qué hay detrás de esta mujer? Y vienen los altos y bajos de curiosidad y amor. De repente podemos encontrar más que solo las capas que vemos.

La sala de cine de Cinépolis se estaba riendo a carcajadas de los diferentes episodios que marcaron la vida de Guillaume Gallienne. Fuimos a ver Les garçons et Guillaume, à table! (2013) con mi hermana porque era un domingo tipo 6pm y el cine estaba lleno. A uno se le olvida más de alguien también opta por la tarde-noche del domingo para ir al cine y las entradas se acaban y ya no pudimos ir a ver ni-me-acuerdo-qué-película-era. ¿Qué están dando? Esta película francesa, que resultó ser hermosa y de mis favoritas, que tengo guardada en el iTunes para poner cuando yo quiera. Me da tanta risa. Mi risa aparte, es una autobiographical coming of age movie en la que seguimos a Guillaume desde chiquito hasta su vida adulta, por el camino de la construcción de su identidad y de su relación con su mamá. Lo más impresionante es la astucia con la que la película conserva la dinámica teatral de un monólogo, el formato original, e incluye otros elementos. La adaptación usa los recursos de la narración audiovisual para dimensionar la historia, la riqueza de esta historia; la confusión de que él no es como sus hermanos, los bailes en Sevilla, el horror y cómo huir del servicio militar, las maravillas de un boarding school en Inglaterra, la mamá y sus manías.

La vie d’Adèle (2013) es perfecta; larguísima, pero perfecta. “Se siente como que es de 4 horas”, es porque son casi 4 horas de realismo en el cine de un despertar y un primer amor, cuyo devenir no fue tan evidente. Adèle tiene 16 años y no se conoce, y no identifica qué siente y no se siente bien. Está acostada viendo al techo y tiene que ir al colegio y funcionar, pero luego conoce a alguien que la hace sentir lo que los libros de su clase de literatura francesa describe: un coup de foudre, que se traduce literalmente a “golpe de pólvora” o algo por el estilo. Con ese primer amor entre Adèle y “la del pelo azul” (que no recuerdo cómo se llama en este momento), viene una primera ruptura luego de un par de años. Ya no se encuentran, se han alejado mucho. No hay duda que la cinematografía y el tono de estas tomas largas que capturan el ambiente y los detalles de las lágrimas, las miradas, la duda, los defectos en la piel y los ojos que se inflaman (o los cuerpos que sudan en la cama) es lo que hace más fuerte a la película. “Lo que más me gusta”, decía mi María, “es cómo retratan a la sociedad francesa.”

“Paty, acabo de ver una película, buscala, se llama Le nom des gens (2010), la protagonista me recordó a ti!”, me dijeron, y creo que la vi de una vez sin ver el trailer. Hoy la he visto mil veces y ahorita, un domingo invernoso salvadoreño, la volviera a ver, fácil. Es de las comedias románticas más inteligentes que he visto y la comparo a la más grande de todas, Annie Hall (1977) de Woody Allen. Le nom des Gens (traducida al inglés, The names of love) se trata de un francés tan normal que se llama Arthur Martin, al igual que un montón de otros franceses. Conoce a Baia Bermahoud, “la única persona en Francia que se llama Baia Bermahoud*.” Lo más fascinante de esta peli es que lo que parece ser una estructura narrativa básica de boy meets girl y opposites attract, porque ellos son completamente opuestos, es en realidad más que eso: son opuestos porque crecieron en dos épocas en Francia diametralmente opuestas, en mundos simbólicos distintos, y todo tiene mucho que ver con el origen de cada uno. Y el proceso que narra estos choques entre dos personalidades, y la herencia cultural divergente, es divertidísimo.
*no sé cómo se escribe Bermahoud, y me da pereza chequear


la lista

de las escenas más lindas de Le Nom des Genes
Patricia Trigueros

La manera de ser del amor



Antes que cualquier cosa, lo que llamamos amor debe de ser de las cosas más difíciles de definir, y es algo abstracto con una manera de ser tan propia que hace que uno lo reconozca cuando lo tiene enfrente. Como todo, la definición es subjetiva; y en el amalgama de percepciones individuales, uno encuentra cosas interesantes. Por ejemplo, como para una amiga amar a alguien es ser feliz, así de simple; "es lo más feliz que he estado". O, de pronto, eso de "es que no dejo de pensar en esa persona". O, como digo yo a menudo, "es conocer a la persona, conocer sus defectos, no querer cambiarle nada; es alguien que te saca lo mejor de vos, que su compañía sea positiva, y que todo fluya."

Hace más de un par de años, mi amiga Elke me pasó un texto via email, un ensayo del amor. Su email decía "te adjunto el ensayo sobre el amor del que te había hablado". Era una charla introductoria, transcrita, para una clase de un semestre llamada "The Ways of Love", del profesor Lucio Privitello, en la universidad Richard Stockton College, de Nueva Jersey EE.UU., tal visto en la película Garden State. Como introducción a esta clase, el ensayo busca definir el amor y alude a varias percepciones que se han ido agregando al mapa de la cultura popular en el curso de la historia de literatura. Como no es mi propiedad intelectual, y es de dos páginas, no puedo compartirles el ensayo, pero si lo puedo parafrasear, comentar y resumir.
  1. El amor no cabe en una palabra, ni una frase, ni en un semestre: es un estado, o forma de ser, cambiante, creativo, cíclico; y, en su esencia, un viaje interno.
  2. Para explorar el amor hay que explorar el deseo también, entender los altos y bajos del placer, el fetish, las fantasías, el sexo y el amor. Y además, entender los impulsos inconscientes, los deseos conscientes de controlar que se limitan a organizar, y la casualidad, de donde provienen las oportunidades. Están nuestros deseos que dan luz a nuestras ideas, y lo que aprendemos de la historia y la cultura... Juntados, está la estructura de nuestro concepto del amor.