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México o la tercera no es la vencida

La pared azul de la casa de Frida Kahlo
Sucedió el mismo años que mi segundo viaje a México y en condiciones muy diferentes. No viajé sola puesto que, tal como mis contactos del Instituto Francés de la lengua (IFAL) me habían dicho, éramos dos salvadoreñas inscritas al VII Seminario de Formación para Jóvenes Traductores. En nuestra cena en el hotel impersonal de la colonia Roma aprendí que ella era vegetariana, práctica que yo había abandonado ya para ese momento, e intérprete, práctica que no domino y que respeto por las presiones de una traducción simultánea eficiente. Los aliento a todos, amigos intérpretes. La soledad de mi cuarto de hotel anticuado con la compañía de una televisión gorda que me miraba, apagada, y el placer de baños largos en la tina era algo que había anhelado desde hace ya ratos. La soledad voluntaria es hermosa.
Sola con mi desorden
#Hotel
La semana en el IFAL llevaba un ritmo marcado por la caminata al instituto en la mañana (después de desayunos con omelettes de huitlacoche, chila quiles y otras maravillas), los seminarios y ponencias* en las que conocí los pensamientos de Walter Benjamin y demás; los almuerzos intermediarios entre la jornada de la mañana y la de la tarde, con los talleres de traducción. Ya no recuerdo cuantos traductores éramos, cada uno con historias y carreras diferentes... Habremos sido 12? 13? 14? Si me detengo a pensarlo, consigo la cifra; me recuerdo de todos... y recuerdo ese momento de escuchar en nuestras propuestas de traducción una riqueza de acentos, expresiones idiomáticas, sintaxis, lenguaje, estilo. ¿Porqué? No solo porque la traducción es un trabajo de la pluma de alguien, sino también porque éramos voceros de las variantes del idioma español, representantes de México, El Salvador, Guatemala, Colombia, Argentina, Venezuela. *entre los ponentes estaban Marta Gegúndez, Laura López Morales, Philippe Ollé-Laprune y Danielle Risterucci-Roudnicky 

“It is the task of the translator to release in his own language that pure language that is under the spell of another, to liberate the language imprisoned in a work in his re-creation of that work.” 

Pepe, Roberto y Dénis vivían en el D.F., tuvieron un rol de anfitriones, según lo que recuerdo. Pepe nos llevó a la Torre Latinoamericana, el rascacielos y su bar/lounge que nos dio para vino, conversaciones y fotos conmemorativas de nuestro turismo pedagógico. Y no sé si fue esa misma noche u otra que migramos, bajo instrucciones de Roberto y de Dénis, a La Bota. Amo a La Bota, porque la Bota tiene comida y vinos y chelas y tragos y "parece taberna española y al mismo tiempo el desván de tus abuelos". Allí probé una quesadilla del tamaño de un plato que nadaba en salsa verde, que me picaba, y me ardía; delicioso. La sopa de chorizo que compartieron Pepe y Robin se miraba genial, pero suficiente con ese poquito de mezcal y esa quesadilla picantísima gigante. Probé una torta vegetariana ahogada en salsa roja, ese sábado que volvimos, después de una mañana en Coyoacán. Caminé de nuevo por la calle Londres hasta llegar a la Casa Azul y, a ser honesta, llevábamos con una hora perdidas al costado de Coyoacán y en nuestra ruta encontramos a un árbol lleno de chicles y a una quinceañera posando con cañones de guerra. ¿Será posible regresar en el tiempo y hacerme amiga de Léon Trotsky? Se me hace que me divirtiera en su jardín y su estudio.

¿Cómo es que se llamaba este lugar...? Era un centro cultural en Condesa y la sala estaba llena. Arturo Vázquez Barón nos convocó a una conferencia de Danielle Rasterucci sobre escribir en el exilio y las relaciones de un mismo autor con dos idiomas, evocando al ejemplo de Vladimir Nabokov y otros y grandes autores y sus libros. 

***

Llegamos al Vitcoria Express en Guadalajara creyendo que se habían equivocado de dirección, pues muy bonito era el inmueble grandísimo que nos acogió. "¿Viste? Tiene alberca." Pero, no no me metí a la piscina del hotel. Me tomé unas cervezas el domingo, me levanté a desayunar pan y jugo, me albergué en mi cuarto cuando me sentía enferma, allí murió mi computadora por enésima vez... Y ya fuera del hotel, fuimos a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), parte del programa y un mundo nuevo para mí. "Todo lo que tiene que ver con libros y leer, en un solo lugar"

Me sorprendió que el área designada para México fuera tan grande (mucho más grande que el área internacional), vi el contraste entre editoriales emergentes con un trabajo de contenido y diseño que me llamaron la atención y las grandes colecciones de libros pedagógicos e enciclopedias, o el gran protagonismo de Océano y de la librería Ghandi...

 "Liberación Sexual. Todo comenzó con un libro."

Conocí de cerca a la Editorial EVA y su onda juvenil de Costa Rica, me perdí un rato en el área de literatura infantil, me quedé enamorada de tarjetas de presentación y cartas postales puestas sobre El muro de ilustración, hablé con una chava que me enseñó el puesto de su editorial y su trip de editar libros de fotografías, cuadernos, calendarios, agendas... Por allí debo de tener su tarjeta en algún lugar, y, pues, nada... Ver, hablar, conocer, sentarme a escuchar sobre los nuevos convenios con traductores en Israel y Brasil o los comentarios y las presentaciones de libros traducidos, con el autor y el traductor presente... Comprar La Cloaca de Roberto Rueda Monreal y llevarme mi ejemplar autografeado... Y también, como todos, tenía que comer, así que me senté y terminé hablando y hablando y hablando con dos mujeres que reían conmigo. Mucho gusto, encantadas, y "¡No te casés!"  me dijeron.

Así que, hace dos años, conocí un poquito de la FIL, y un poco de Guadalajara después de caminar todo el día sin rumbo junto a Veronica, una de mis colegas traductoras del viaje. La FIL este año comienza el sábado 29 de noviembre. Allí estaré yo, a las 18h30 en el salón Alfredo R. Placencia en la presentación del libro de Hélène Rioux con Roberto Rueda Monreal. 

Guadalajara Mon Amour


El 2012 y el VII Seminario Internacional de Formación de Jóvenes Traductores I


No he postiado desde el 18 de septiembre del año pasado, como si me hubiera enojado con la última parte del 2012, no le hice caso, y ahora vuelvo arrepentida pidiendo perdón. La verdad, no fue así. Quizás a medida crecía en intensidad el último cuarto del año, se acumulaban las cosas que me daban ganas de escribir en función iba desapareciendo el tiempo libre necesario (Sí, yo sé, el “writer’s block” no existe; el que quiere escribir consigue su tiempo); no lo sé.
Sin embargo, aquí estoy, empezando el 2013 con cosas del 2012 en mente. Empecé el 2013 hace un par de días, regresando del mar el 1ro de enero creyendo que era un lunes feriado, convencidísima de que el día siguiente era martes, y hasta ese “martes” 2 de enero no empezaba el año de verdad, pues seguía inmersa en el modo vacaciones de Diciembre, un domingo versión mes. ¡Me sorprendió saber que era miércoles! Significa que mi semana fue sustituida por unos 3 días, empezando por un miércoles, día en el que sólo trabajo medio día, en vez de un lunes.

Así que no fue muy dura mi entrada al lunes que dura un mes, osea el mes de Enero. No sólo es un lunes largo, también es el mes de reflexionar sobre cómo cerraste tu año. Algunos se harán preguntas sobre los excesos y el límite al que llegaron el año pasado, otros adhieren a pensamientos optimistas y transcendentes, mientras otros fijan metas para el otro año. Yo y mi obsesión por medir el tiempo y cuánto cabe dentro de una determinada extensa o limitada unidad me pregunto ¿qué contuvo mi 2012?

el Instituto Francés de América Latina (IFAL)

Enseguida destaco de entre mis recuerdos mi experiencia formando parte del VII Seminario Internacional deFormación para Jóvenes Traductores del 19 de noviembre al 28 de noviembre de del año pasado. Me enteré con una llamada de la convocatoria para participar a este seminario de traducción literaria del francés al español, destinado a traductores en inicio de carrera. A cargo del Instituto Francés de América Latina en México D.F. y con el apoyo del Institut Français en Paris así como de las Coordinaciones regionales de América Central, Cono Sur y Países Andinos, el seminario acoge a 15 traductores. Para esta séptima edición, postulé y me aceptaron, y me emoción fue creciendo hasta que llegó hora de irme. ¡Sólo pensar en la oportunidad de profundizar conocimientos, ampliarlos, adquirir otros que sean de beneficio directo para mi carrera de escritora/traductora...! No es algo de todos los  días y no paso por alto la cantidad de trabajo y esfuerzo que requiere montar dicha operación. No dejo de reconocerlo, esperando que se les presente la oportunidad a otros profesionales de la traducción y la literatura.

La primera fase en nuestra aula del IFAL inició el lunes 19 tras un desayuno durante el cual de alguna u otra forma se intercambiaron las primeras presentaciones que por la siguiente semana dijimos una y otra vez, en función de los nuevos encuentros. Creo que podría recitarlos, contarles un poco, con suficiente detalle, de cada uno de mis colegas pero quizá sería mejor quedármelos para mí y no seguirme desviando. Esta fase consiste en talleres de traducción, seminarios y encuentros con traductores, editores, escritores. Las mañanas fueron dedicadas a los seminarios. Estos abarcaron una serie de temas que, en el transcurso de esa semana, lograron mostrar de manera pertinente, eficaz, apasionante varios, si no todos, los aspectos de la traducción... Tanto así que reservaré una entrada sólo para sumergirme de nuevo en esas temáticas y esas extensas bibliografías y en las personalidades que los impartían.

Por las tardes, des impartidos por Arturo Vásquez Barón, traductor literario y coordinador del Diplomado en Traducción Literaria y Humanística del IFAL y la Casa Refugio Citlaltépetl. Es también, junto a Valérie Juquois, coordinador del Seminario en cuestión.Tenía ratos de no comparar traducciones con colegas, y me gustó mucha esa dinámica: escuchar las diferentes propuestas, y en ellas las diferencias de pluma de cada uno de nosotros. Nos tocó una selección que incluía el incipit de la última novela, 14de Jean Echenoz; extractos de Jean Genet y de Koulsy Lamko. Esto es una invitación a explorar estos nombres tal como lo hicimos nosotros y encuentren sus proprias impresiones -- las nuestras eran dispersas y variadas siempre y fue un gusto discutirlas. Se escuchan también re-traducciones, se afrontan problemas de traducciones de los cuales podemos hablar en otra ocasión, con quien quiera exponer su experiencia con el francés y el español. Allí en nuestra aula del IFAL, reuníamos reflexiones hasta las 6:00,6:30 PM que cerrábamos el día, encontrando coincidencias y divergencias que enriquecían mi postura ante la traducción. De hecho, parte del aprendizaje que uno se lleva de esta instancia son los diálogos, intercambios con [mis] colegas. 

¿Y la segunda fase? Queda pendiente, al igual que muchas otras cosas. 



Viernes 4 de Enero, 2012. 16h36.