Mi primer viaje a Brighton


arqueología de emails 2006


“I never told you about my trip to Brighton?”



Nunca hablé de mi primer viaje a Brighton.


I mean, I did, pero decirlo así es un mejor prinicipio para una anécdota. After all, I am known for ser dramática.


En un verano occidental/invierno tropical, yo, empalidecida por el consumo cuestionable de alcohol y la falta de sol, me subí al carro de un nuevo amigo. Usaba una falda ahora difunta, gris, corta, circa 2006; mi pelo largo me tapaba el rostro en un intento fallido por emular a Farrah Faucet u otro ángel [secundario] de Charlie y de mi bolsillo se cayó una tarjetita amarilla. Mi amigo lo recoge, lo lee y me lo entrega


qué es eso
ah, eso


Pues, era un boleto Gatwick-Brighton. Un boleto de tren, preciso. Anaranjado con amarillo, algo desteñido pues llevaba meses en mi bolsillo.


Esto debe haber sido agosto de 2007. El boleto decía “mayo.”


Esto debe haber sido a finales de agosto, pues mi amigo a quien llamaré Chandler (para proteger su identidad, y evidenciar la ficcionalización de la realidad pues no conozco a ningún Chandler nacido en San Salvador) nos conocimos alrededor del 16 (o 21) se agosto del 2007. Brindamos por nuestra elección de disfraces, quedamos flechados, nos entregamos a una serie de noches alcoholizadas.


Esto debe haber sido aquella noche que empezó en un elegante chupadero. La tele tenía puesto porno en mute que displayed the fastest doggy style I had ever seen, y bebí Pilsener con sabor a Golden, tras ponerme gotas para los ojos. En el traslado del sitio 1 a la fecha en la que reiríamos como enfermos de chistes que quedaron en el olvido, en el carro, se me cayó del bolsillo de la falda el boleto Gatwick-Brighton.


qué chivo
qué hiciste


El viaje a Brighton fue una locura. Un tres de mayo, por ahí. Un finde largo. Boletos (plural, porque cogí un bus y luego un tren y luego un shuttle y luego un avión, y luego el tren Gatwick-Brighton). Lo disfracé de decisión sensata, pero no lo era. Se armó de manera medio alrevesada, que no alcanzo a recordar, como si me hubiera gastado esos ahorros que creí haber guardado en la cuenta de mi cabeza; todo falla, en mi cabeza.


¿Cómo fue, exactamente?


Gab se había perdido –


[one of your usual hiatus, my dear, where your coordinates disappear from the map of my life
A geyser emerges and we reconnect
Come down and see me]


– y en ese lapso me ofusqué, reí, amarré y corté. Nos encontramos, de repente, sentados en una veranda de París solteros y desatrasándonos, “Vos, X preguntó por vos” y nos fuimos a Toulouse. Bebimos mini prensas francesas y escuchamos y cantamos Beast of Burden, fuimos a regar mentiras por fiestas y hubo guitarra y pijamadas en el piso y “deberías venir a Brighton."


Esa idea terminó de cuajar con un chantaje que involucró una web cam y una botella de vodka, pues volví a hablar con X. Con la reaparición de Gab vinieron mis correos y mi culto a Gmail, bandeja de entrada que me hacía feliz. Iba a pasar 5 días con X y con Gab; luego Gab vendría a Bordeaux.


Luego, todos seríamos amigos.


[i put on new self-love gear
my confidence, withered from moving
had just grown back, my feet
were on the ground]


Me esforcé en ponerme un outfit que dijera “no me esforcé nada”: camisa de botones blanca, skinny jeans talla “He engordado pero me siento bien” y un cardigan negro. Me planché el pelo a las 5 AM para enfatizar el look pseudo-cero-esfuerzos y me quemé la oreja haciéndolo. Luego, cuando finalmente me bajé del tren y encontré los “telephone boxes”, hablé con Gab, que me dijo que X me iría a recoger.


Cuando lo vi, le di un semi-abrazo muy incómodo y me regué el café encima, una mancha de café viejo atravesando todo el centro de mí blusa. Yo pálida y cansada, él pálido por naturaleza pero descansado. Nos fuimos a la playa de Brighton.


Me senté en piedras y me cambié de outfit in situ y desapercibida. Tomamos cervezas, fumamos algo que nos cayó del cielo y también mis Lucky Strikes. Aluciné. Luego, llegó una guitarra y una mujer que dijo “Wow, you read French??”

Junto a ellxs, llegó Gab.


Yo caminé a Mouslecomb temblando, de la mano de X. Compramos una botella de vino cada uno de 8 libras. Nos tomamos dos sorbos. Compramos leche. Nos la tomamos al día siguiente con té inglés, en un deck de mdera, con planes en el aire y una camiseta que no era mía, en la que había dormido.

Todas las noches de Brighton me la pasé con mucho frío, maximizando el potencial de aquel cardigan negro y de una ahora difunta chaqueta morada.


***

Yo no entendí muy bien, et pourtant je sais parlais Anglais–


[have you had a good time
It’s been great
Would you like a flap-jack to munch on?]


–y la última noche dormí en jeans y zapatos.


En el sofá del primer piso, vimos los pitufos. Bueno, Gab y X vieron los pitufos. Yo no entendí nada. Llevaba como 5 días comiendo una vez al día y alimentándome de nueces, pubs, cervezas, fiestas en casa con referencias de Sex and the City y soundtracks de Lost in Translation. Si me hubiera quedado, Gab, hubiera visto lo que pasó después del pub en el que un chavo se sorprendió con mi cajetilla de Luckies.


[are those lucky strikes?
luck man!]

Estaba muy cansada, y un poco triste al llegar a Toulouse. Descansé una noche en casa de otro Gabriel, y mi alarma fue otra guitarra. El cansancio y el acento inglés se me quitó. La tristeza duró un poco más.


Pero en el espacio del carro de Chandler a finales de agosto de 2007, no pude decir todo eso. Jugué con el fósil de mi boleto de tren y hablé de que fui a ver a un amigo, cuyo roommate había sido un amor platónico. Hablé de que Brighton es chivo, de que estuve muy poco. Fueron cinco días, y no he vuelto.


ah, osea que te fuiste en un viaje de amor
cállate, cerote


nada que ver
o bueno


me llegaba el roommate



arqueología de recuerdos
2006 > 2018

Paty Trigueros

105 lbs, Sagitario, 1m56. Paty Stuff son las cosas que llenan mi agenda, las reseñas y anécdotas que lo recuentan. Hablo español, inglés, francés y spanglish. Me exilié en Francia por cuatro años y al regresar caí en copy publicitario, entre otras cosas. Redacto, escribo, traduzco, me río, tomo mucho café, soy una fumadora de medio tiempo y como como señorita pero tomo caballero.

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