Mostrando entradas con la etiqueta relationships. Mostrar todas las entradas

Viñetas de rupturas




** Llorarás al no verme **


este es el borrador de una conversación conmigo misma de agosto de 2019


Estoy oyendo una canción que se llama “Much Better Off”, lo cual me parece súper oportuno, porque justo hoy estaba tenía ganas de irme a sentar a la barra y escribir sobre rupturas. ¿Por qué hoy? ¿Será la luna? [“Ustedes siempre le echan la culpa a algo! Que la luna, y el eclipse…” y sí, de hecho mercurio retrógrado estaba pegando fuerte y Urano está por allí transitando también para obligarnos a sanar. ¡Nada como sanar a la fuerza! Como cuando me enfermé del páncreas, pero esa es otra historia [que he contado muchas veces].


Y ahorita suena Diana Rosss “Love Hangover” y me transporta simultáneamente a una escena que no existe de yo bailando, sudando y gozando en Studio 54 y, a la vez, a la imagen real de morir del frío en un apartamento en Burdeos mientras, en compañía de Kalani y bajo influencia marijuanezca, veíamos videos de Diana Ross. 


“How old is she?”
“She’s timeless, Kalani. That’s how old she is.”


Y cuando nos atravesamos un video de una canción (cuyo nombre siempre se me olvida a pesar de haber crecido oyendo el CD Diana Ross greatest hits religiosamente después del colegio por 4 años), me dijo que eso iba a hacer un día que yo cortara: me iba a cantar esa canción como una corista de The Supremes, al son alegre de cualquier canción pop que matiza el dolor. ¿Acaso no se acuerdan de la reflexión de Rob en High Fidelity? “Which came first, the music or the misery?”


De hecho, esto va muy bien con el tema de ruptura: High Fidelity de Nick Hornby abre con un narrador reflexionando sobre sus relaciones/rupturas, a la luz de su más reciente ruptura. En la película, esto es representado por John Cusack viendo a la cámara y saliéndose así de la condición de narrador y pasándose a una situación muy “breaking the fourth wall”, conservando la condición narrador-personaje que planteaba Hornby… 


¿qué estaba diciendo?


Ah, sí: el personaje de Rob dice que es imposible que su ruptura posmoderna lo afecte de la misma manera en la que lo afectaron ya los anteriores. Sobre esa premisa, avanza la historia un poco episódica, un tanto actual, de alguien soltero en sus 30’s. Tiene reflexiones humanas que parecen sencillas, metáforas sentimentales, y me permite viajar a estos momentos de ataduras y de diferencias entre personas y dinámicas, cerca y lejos. “Un día, escribiré algo así, pero de mi vida.” Y mientras tanto, haré una entrada en mi blog. 


Quizás no sea solo porque el tema me encanta y amo cuando suena “50 ways to leave your lover” de Simon and Garfunkel, sino porque recientemente/casi-que-ayer me preguntaron por mis historias de rupturas. La persona que tenía enfrente estaba pescando una historia dramática, quizás, pero la verdad es que mis dramas solo son raros y no tan mainstream. Quería saber cuándo ha sido cuando más he estado destruida. No puedo decir cuál ha sido la vez que más me he sentido así, pero sí puedo contar algunas de las formas y formatos que han tomado mis breakups. Solo, al menos, para hacer este ejercicio de radiografía y encontrar un diagnóstico à la High Fidelity y entender dónde situarme en función de las rupturas.


Cuando me preguntaron, conté a medias la historia de yo y un amigo tomando mini botellas de Coca-Zero en San Blas. Era semana de agosto, Coca-Zero era algo nuevo en el mercado y, en una activación de marca, estaban regalando baby Coca-Zeros y descubrimos que ese veneno va muy bien con las confesiones e historias de desamores. Él me contó y revivió la suya, y cerró con: “Yo a vos no te imagino desmoronada.” Y yo le dije “Ah, como no! Sí, sí yo me desmorono… De hecho, la última fue hace poco […]”


Y le conté de:




Aquella vez que, adentro de un carro, agarré el valor de inelocuetemente decirle a mi querido ex que qué ondas, pues, ¿cómo así que en público no me agarres ni la mano? ósea, ¿me entendés? Esperando que él entendiera que eso significaba que yo quería algo un poquito más digno, un tanto más concreto, y que si no, la verdad, mejor no tener nada. Nunca ocupé las palabras “Todo o nada”, y no lo quería todo, la verdad; pero sí hubiera preferido que no me dijera “Pues, no. O bueno, quizás… pero no, la verdad no” porque ya habíamos intentado y bla bla bla. ¿Y qué pasó después? Me dijo que si nos veíamos jueves para jugar mini golf, lo cual no tiene sentido hoy en retrospectiva, porque no juego mini golf; ni tuvo sentido en ese momento. Respondí “¡Vaya!” Por dentro le dije “¿Qué te pasa? ¡Me acabás de romper el corazón!”, y todo en cursiva pero en mute.


Subí a mi cuarto a escuchar Ella Fitzgerald & Louis Armstrong “Learnin’ the blues”, traté de hablar por teléfono y escribí en mi diario. El duelo era más porque en mi ficción, estos dos amantes exnovios en la universidad y amigos del colegio, terminaban juntos al final. ¿Qué iba a hacer con mis personajes?


— 


Ese día, en la playa con mini Coca-Zero en mano, me preguntó mi amigo que y ahora qué ondas? ¿Sentía mariposas? Y lo pensé.
–Siento eso que eran mariposas, pero ahora es náusea. 


— 


Pero hay una anterior, con el mismo chico, que determinó el curso de nuestra amistad que siguió: cortamos por email. Envié un correo torpe, a la luz de no tener celular y no poder esperar a que él me viniera a verme. Él contestó tres días después. Yo estaba en Toulouse fumándome un cigarro. Tomé vino. La vida siguió.




Con este mismo chico no fue exactamente que cortamos, ya que nunca volvimos, pero más-o-menos sí fue nuestra ruptura #3: hemos sido amigos, pero somos más que amigos, y [lo mismo de siempre]. Viendo Madagascar 3 en el sofá de alguien más, no me quedó claro nada, o qué hacer después, entonces me dije “mientras yo no sepa qué ondas, me voy a alejar.” Un poco más cuerdo que el mecanismo recurrente de evadir la realidad. 


– 


Hay rupturas tan raras y tortuosas que son difíciles de resumir, y por ende difícil de contar. Era el día siguiente después de mi cumpleaños, había un batido de frutas, y habían habido momentos de “¿Qué diablos le pasa a esta persona?” Ya no quería saber la respuesta. Adiós.




El que vino después me había empezado a mandar emails y mensajitos al celular años atrás, pero no se reanudó hasta una Navidad en la que terminamos oyendo Incubus románticamente con el aval de mi prima-chaperona-matchmaker. Meses después, estaba metida en una relación mediocre con alguien que se perdía y desaparecía. Mi táctica para romper, esa vez, fue: dejar de hablarle.




Eventualmente me encontré en conversaciones y citas con un no-novio hasta que dije ya, basta, esto no es divertido y no va para ningún lado. Seguí el siguiente consejo: “¿Por qué no solo le dejas de hablar? Si le hablás, o si le dejas de hablar, conseguís de las dos maneras el mismo resultado que es dejar de salir con él.”


– 


Cada vez que opto por lo que ahora se llama ghosting, me he dado cuenta que eso es un falso final porque después viene el post-breakup talk.




Mi primer post-breakup talk fue cuando tenía como 14 años (¿o eran 13?), cuando mi noviecillo con quien habíamos durado dos días agarrados de la mano me reclamó por haberle pedido tiempo y luego, pues, no volver. “Mejor no hubiéramos amarrado.” 


La dialéctica de toda esa relacioncilla, orquestada por terceros, merece su propio texto, al menos para que con el tiempo no se me olviden los detalles de un mini cortejo, muchos chistes, vergüenzas y una amistad que sigue. El set: un rancho en el mar, hamacas y arena.


Mejor no hubiéramos amarrado. Nos hubiéramos saltado los recuerdos de consejos y conversaciones de ¿quién te gusta? ¿qué vas a hacer? ¿caminaron en la arena? e ir directo al altiplano de amistad en el que ahora nos movemos.




Corté por teléfono. Él sabía la conversación que iríamos a tener, e insistió en tenerla ese lunes por teléfono. Era lunes.


Me fui a La Ventana a tomarme una cerveza. Me tomé 3. Dormí profundamente. 


A los días, salimos a hablar con la excusa de desayunar. Era domingo.


Me fui a tomar una cerveza en la tarde. Las mujeres de experiencia me dieron consejos. Me tomé 3. Dormí profundamente.




Entre mediados de mayo del 2015 y octubre, corté mil veces. No me arrepiento de la primera vez que volvimos, a ver si funcionaba, ¿verdad? Pero las demás fueron innecesarias. Él me dejó, y volvió. Luego, nos dejamos. 


Antes, me fumé un cigarro (o dos? o tres?) con un amigo, en la terraza de la casa de sus papás y medio hablamos de muchas cosas. Matías, yo creí que las cosas iban a ser smooth-sailing a este punto. Que conforme te hacés más viejo, no sé, las relaciones se vuelven más sencillas, y o funcionan o no… Y él me dijo: Paty, it’s never smooth-sailing… Es cuando las cosas están bien que deberías preocuparte. 


Sí, ¿veá?


A veces he escuchado “Don’t think twice it’s Alright” de Bob Dylan, en repeat. Otras veces, “The Build-Up” de Kings of Convenience feat. Feist. Últimamente, mi canción [de cortar] es “If she wants me” de Belle and Sebastian. Es más: la escucho cada cuanto, manejando, con o sin ruptura. 




“Necesitás un “Lay lady lay”, me dijo Matías. 




Un señor una vez le aconsejó a alguien: “Mándale por Facebook la canción de Bob Dylan ‘Don’t think twice it’s alright’, a ver qué te dice”, en plan ruptura amorosa.




A lo largo de nuestra amistad, nos dio por cenar juntxs después de una ruptura. "Venite, vayamos a cenar." Arroz bizmati, samosas y paneer butter masala. A veces, de bebida, limonada con yerba buena. Él cortó, yo corté, yo amarré, él amarró, él cortó, yo corté; yo volví, volví a cortar; él volvió, él cortó... Siempre cenamos comida india.

Y aunque no fuera por una ruptura, sino sentados en la alfombra haciendo tesis o poniéndonos al día porque tenemos ratos de no vernos, siempre que se nos antoja comida india le llamamos breakup food.



Cuando no estás emocionalmente disponible, ni cuenta te das de qué sucede alrededor tuyo. No ves si hay un fiel creyente en Krishna confundiendo el hecho de que ambos no saben bailar con una señal del universo. No ves las flores que te extienden, ni el significado detrás de llamadas a las 5 AM. Solo vas por la vida creyéndote inmune a la soltería, intolerante al amor… Pero un día (quizás porque los eneros de Bordeaux eran particularmente duros), me dije Ay, ya quiero novio. Pues, hacían ya casi tres años de no tener pareja… Pero después, una noche a solas con mi computadora (la Dell Inspiron del 2007 con quien tuve una relación enfermiza), caí en cuenta de que tener 3 años de no tener pareja significaba 3 años de no cortar. La verdad, no tenía prisa de volver a cortar.




La verdad, no tengo prisa. Así estoy bien.


Siento que necesito un párrafo para cerrar este recuento de rupturas, o una anécdota. O una canción, al menos. Como “Times moves slow”, de BADBADNOTGOOD. Pero mejor un párrafo.


A woman came into the bar the other day with her two teenage kids and a bottle of tequila. It was official: she was divorced. I arrived later and we raised our glass together. I grabbed her lighter. We smoked cigarettes. She smoked. As of that day, she was single. I didn’t ask why it had taken so long. I remembered effervescently the night I came home after the university to that house I rented in Talence, when my best friend was visiting my roommate and I, on the day my Dad called me with ta news. “Your mother and I are officially divorced.” 


“Paty, tenés que salir hoy”, me dijo. Ella no quería salir. Bueno, ni modo. A celebrar que es una solución a un problema. Las separaciones no tienen porqué ser un problema.


No recuerdo con quien hablé al principio. Me asomé a la barra del Dick Turpin’s, como de costumbre. Un tipo me andaba buscando. “Preguntá por ella en el Dick Turpin’s; es una salvadoreña.” ¿Quién me estaría buscando, en el bar al que iba siempre? Me lo señalaron, “es él.” ¿Quien sos? Y así conocí a Emiliano, el tipo que me enseñó The Mighty Boosh y que luego me robó una maleta (pues, después de cortar no me devolvió la maleta que tomó prestada para salirse del apartamento de su ex.)


Debí haber sabido que no iba a funcionar desde el principio.


En fin, esos son mis párrafos de despedida: hoy aún me dicen cosas como “Paty, ayer fui al bar y pensé que te iba a ver”, pero ya no ocurre en el Dick Turpin’s, porque ya no vivo en esa casa en Talence; y aún brindo por nuevas experiencias y, ajá, esas son [solo algunas de] mis viñetas de rupturas. 

** El Renacido **

Malas señales según Atilio

Rosamund Pike en Gone Girl de David Fincher
Hay mujeres locas, en el cine. Si algo hemos aprendido de Fatal Attraction con Glenn Close y Michael Douglas y de, la más reciente, Gone Girl, es que trastornos mentales en personajes femeninos detonan comportamiento incómodo, por así decirlo. Celos, manipulación, mentiras, distorsión de la realidad y deseos sumamente cuestionables.

Post colaborativo
En el caso de Gone Girl, hay varias señales de que mentalmente Amazing Amy no estaba sana. Y, según Atilio Montalvo, estas son las malas señales de que la chera con la que estás saliendo no está bien:

1. Salió con vos dos o tres veces y quiere obsesivamente conocer a tus amigos... y amigas. Los conoce y esa misma noche es increíblemente buena onda con ellos... o al menos eso pretende. Sobre todo con tu mejor amigo, al cual hasta lo invita a una cerveza. Necesidad de aprobación heavy.

2. Esa misma noche cuando vas de regreso a casa te pregunta si has tenido "algo" con cada una de tus amigas. Estás en el carro, acorralado, como una madre que quiere sacarte la verdad. Luego de sincerarte...preferirías haber mentido. Los años te enseñarán a guardarte los detalles de tu pasado, y a ella a dejarte los tuyos y guardarse los de ella. Las siguientes reuniones de amigos se vuelven una tortura.

3. Te obliga a mostrarle fotos de Facebook de tu exnovia. Luego te pregunta que por qué no la has borrado de tu lista de amigos.

4. Escribe su nombre en tu brazo con plumones. O te regala tazas con frases como: "soy el mejor novio del mundo" o "amo a mi novia" para que la tengás en tu oficina. Marcando territorio.

5. Critica sobre cómo se visten tus amigas. O por qué son así tus amigas, por qué salís con ellas y todo lo que deriva de eso.

6. Después de unos meses de haber invitado a tu amigo a una cerveza, ahora es su némesis. Siempre que estás con él y ella lo sabe te caen 36 mensajes de ella a tu celular.

7. Segunda cita y después de unos tragos la invitás a tu casa. Ella accede felizmente. Después de un rato de conversación te dice que tiene sueño, que vayan a tu cama, que se quiten la ropa, que duerman juntos, pero te rechaza, y, ok, lidiar con la frustración hasta quedarte dormido. Normal, hasta que se despierta gritando porque dice estar soñando con la que la están matando. Este episodio se repite a lo largo de la noche.

8. No para de hablar de su exnovio, en cualquiera de los sentidos, es como que cada anécdota de su vida lo incluye. Es lo único constante que ha tenido, al parecer no había vida antes de ese noviazgo que ahora la obsesiona.

9. No soporta ninguno de tus éxitos pesonales. O los ignora o los tira para abajo y empieza a hablar de sí misma. Un problema personal, si se lo contás, se convierte en un problema para ella, sin respetarte.

10. Tercera cita: "ay desde que te conocí yo sabía que íbamos a terminar andando" quéeee? a qué horas? Hay una delgada línea entre síquica y psicótica.

11. Menos de un mes saliendo. Estás en tu celular y ella te dice "con quién hablás"?

12. Salieron un mes y te pregunta: "por qué siempre me escondés de tu familia"? Solo porque no la has presentado, tiene un concepto diferente de "cada quien tiene su vida"

13. 26 llamadas perdidas. Solamente.

14. Finalmente son novios, está todo bien, disfrutando una fiesta de cumpleaños con tus amigos. Bailan, pero algo anda mal, ella se acerca y te susurra "creo que estoy embarazada". Al siguiente día te confiesa que solo se atrasó 2 días y está friqueando. La peor excusa para obligar a irte de una fiesta.

15. Escenas en público, algo que odio en general y en especial si no son novios. Es increíble cuando te gritan y se van porque después vos te quedás tratando de encontrar una explicación y tratando de dar una explicación a los que estaban cerca.

16. Invitan a tus papás a comer a su casa. Al siguiente día te llama llorando porque dice que necesita espacio, que todo va muy rápido. Altos y bajos

17. No te deja detenerla después de una pelea, y se enoja más porque "no trataste".

18. Te pide que la chiniés, explicando que tiene Daddy issues.

En palabras de Atilio: "Creo que tengo más, pero no me acuerdo. Debo confesar que algunas me las gané" y dice que lo más importante es entender que no vale la pena aguantar eso solo por estar con alguien... hay muchos álguienes más por ahí. No querer estar solo no debe justificar una adicción al drama o una atracción por gente que no está bien y no te hace bien. Aunque parezcan tranquilas, hay indicios que si les prestás atención te pueden evitar situaciones más extremas e incómodas que las arriba mencionadas. 

Y si no están de acuerdo o tienen más malas señales que tengan que ver con relaciones afectivas, bienvenidos sean sus comentarios.

Por el momento, les dejo una playlist en la que también hubo colaboraciones.


Señales de que estás saliendo con el chero equivocado

Otra lista patrocinada por research de Manuela y Paty
Estás en ese lugar de la eterna soltería, el de la soltería temporal, la soltería intermitente. Una de las tantas formas de ese estado donde no estás con alguien, pero todo lo que querés es estar con alguien en alguna de todas las formas de estar con alguien: salir de manera no muy comprometida así como al suave viendo que ondas y que te permita al mismo tiempo salir con otras personas; en un limbo entre dos personas; enamorarte y decir “He’s the one, he’s the one (right now)” o, también, ver si esa relación te puede llevar a algo más serio.

Y, bueno, en esa eterna búsqueda del “indicado” te podés encontrar con muchas cosas. En un post anterior ya hablamos de experiencias con imbéciles. Pero también hay otro tipo de chero con el que una se encuentra en esta larga lista de gente con la que te tenés algo: el equivocado. Puede ser una súper buena persona, interesante o lo que sea y puede ser el indicado, pero no lo es para vos. Ni modo, la química o ese algo no siempre se da.
Pero hay ciertas cosas que digamos que son dealbreakers... Tal vez haya alguien por ahí que diga que su indicado puede tener una de esas características, no estamos criticando, solo contando las señales que hemos visto que nos dicen “no, este no es”.

1. Es tu mejor amigo. De repente esos Te quiero no son tan amistosos y ya no le contás de quien te gusta, PORQUE TE GUSTA ÉL. No digo que no podés enamorarte y tener una súper buena relación de amantes… que diga, novios serios con tu mejor amigo. Lo que digo es que cuando termine (y hay un 99.9% de probabilidad de que va a terminar (esto es totalmente científico) no solo vas a perder a tu novio, también a tu mejor amigo.

2. Es tu compañero de trabajo/jefe. Don’t mix business with pleasure y acordate de que de manera general nadie aplaude a las relaciones sentimentales dentro del ámbito laboral. Ha de ser por algo... Además, ¿qué pasa después en la oficina, como exes?

4. Es tu profesor. Hay ventajas distribuidas de manera desigual y hay riesgo de perder el privilegio de una buena relación docente-alumno que enriquezca tu desarrollo académico y profesional. Mejor dejá que siga siendo tu profesor.

5. Decidiste salir con él solo porque estabas despechada de otro. Huyendo del dolor y llenando vacíos con la persona equivocada, por las razones equivocadas. (Do not go there, people)

6. Antes de que empezaran a salir, él ya se había tenido algo (serio o no tan serio) con tu hermana, prima, etc. Si salía antes con algún familiar cercano tuyo, la cosa empezó mal y va a terminar mal. #MalKarma

7. A las pocas horas de que te cortaron/mandaron a la mierda, te empieza a "entrar". Uno necesita tiempo para sanar, men. Bad timing cuenta como error.

8. Está separado. El no entiende que "casi divorciado" es lo mismo que "casado" y que fuera mejor para ambos si te dejara de hablar tanto por whatsapp y no te mandara la foto de sus chuchos que, al final del día, no sabés si son de él o de su estranged wife.

9. Cero ambición o sea, es esta persona que te dice "Mi objetivo en la vida es medio sobrevivir, sabés? Sólo estar allí, quizás vivir de escribir teorías absurdas o sino de mi guitarra o, quien sabe, pintando".

10. He's so much older than you que cuando habla de cuando él hacía baby-sitting vos lo único que podés pensar es "You could have been babysitting me". Aparte, no coinciden ni en el trabajo ni en gente en común: lo único que tienen en común es tu amor por él y el amor por las cervezas y Led Zeppelin. No aguanta.

11. No hablan el mismo idioma en el sentido literal: ninguno habla el primer idioma del otro en lo absoluto y se encuentran en el camino hablando un idioma en común o el lenguaje no verbal. Igual se pierden cosas en la traducción y no resuelven problemas de comunicación, aunque estuvo divertido tratar y hoy ya sabés decir Te quiero en otro idioma.

12. No hablan el mismo idioma en el sentido figurado: no ven al mundo de la misma manera y chocan de manera significante cuando se trata de qué hacer con sus respectivas vidas. Si, por ejemplo, él cree en cambiar de personalidad a cada rato y en vivir una vida nómada y vos valorás la congruencia y la seguridad ser uno mismo, dejá de salir con él.

13. No respeta tus ideas políticas. Está totalmente bien que alguien no comparta tu ideología política, pero eso es una cosa. Otra muy diferente es que te insulte, irrespete o desestime tus ideas por completo

14. No cree en los anticonceptivos de ningún tipo. El destino y la voluntad de Dios no son suficiente a la hora de una relación sentimental/sexual. No cojan si no usan anticonceptivos y si lo hacen no se sorprendan cuando la prueba de embarazo les salga positiva. "Dejemos de usar condones, tengamos bebés en vez" dijo alguien alguna vez, quizás.

15. Te controla demasiado. Primero te dice que es porque está preocupado cuando manejás sola a tu casa y al final se termina encabronado porque no contestaste sus miles de mensajes cuando estabas trabajando y estabas súper ocupada. Uno pone sus límites y una vez se cruzan es Hola, vida controlada; y más que por tu propia mamá.

14. Tus papás/hermanos no lo quieren. Yo sé, yo sé que va a parecer que soy una señora de los años 50 que cree que la aprobación de los papás es lo más importante. Es un hecho que este país es un pañuelo y por cómo se comportan las relaciones normalmente él va a terminar pasando bastante tiempo con tu familia. Y, aceptémoslo, que horrible vivir caminando de puntitas de que si alguien medio dice algo y hace una mirada el otro va a terminar enojándose. No lo tienen que amar, pero por lo menos un mínimo de cordialidad mutua es indispensable.

15. Tus papás lo quieren demasiado. Eso tampoco está bien (¿o sí?). Qué tiene tanto de bueno que parece que lo quieren más que a vos?! Algo malo tiene que haber debajo de todo ese glaseado de azúcar.

16. Una veleta sin personalidad, bitch please.

17. Huele mal. Aunque se bañe, huele mal. Recién salido de la ducha, sigues dudando de su higiene. Déjalo ir.

18. Si está en la cárcel y lo van a deportar, pensalo dos veces antes de casarte con él.

19. Le decís “te amo”, te dice “perate”. (Ouch!)

20. Es muy lleno de cuentos para comer. Todos tenemos algo que no comemos, creo. Pero hayarle algo malo a todo, tampoco. O ser de esos seres que solo comen pasta sin salsa o papas o algo... No sé, pero entre que la crema le cae mal, o es alérgico al gluten... o es vegano, o no le gustan las pupusas... O no toma cervezas, no sé, no entiendo. ¿Qué pasó con amar a la comida en todas sus representaciones? ¿La grasa, el azúcar, el alcohol? Todo lo anterior es bueno para una relación.

21. El sexo no es tan bueno. Es bueno, pero no excelente. Has tenido sexo excelente, sabés reconocerlo cuando lo tenés. Él también. Lo de ustedes es y siempre será entre bueno y no tan bueno, quizás malo aunque querrás que sea excelente. Si lo dejás ir, te irás con la promesa de mejor sexo en tu vida.

22. Hay una ex novia psycho. Nadie necesita el drama extra que representa la presencia acechadora de la ex novia psicótica que cree que está bien inventarse cosas que no son ciertas, insistir en llamar y volver a llamar, que vive demostrando su incapacidad de lidiar con el rechazo o que sé yo, que se queda con las actitudes de high school aunque pasen los años, con celos que se extienden desde durante la relación hacia después. Alguien me habló de un caso en la que durante el date que tuvo una pareja, la ex estaba allí haciendo miradas de odio. Bitch, relax. You're scaring people. Características de la psicosis son: una pérdida de contacto con la realidad. La ex psycho por lo general se cree sus cuentos, además de tener un código moral y ético completamente alejado del sentido común y parámetros cuestionables de auto-estima. (Pero, esas quizás son señales de que estás dating a psycho, quizás. Señales como "Hey, enseñame el perfil de tu ex" #TrueStories)


Bonus points:
Tu gato no lo quiere o él no quiere a tu gato.
Le escribís y te pregunta quién es porque se le borraron los contactos.

Señales de que estás saliendo con un imbécil

Un conteo escrito junto a Manuela Sánchez
Mi primer beso fue hace 12 años, en el garage de la casa de una amiga, bajo la lluvia; yo súper torpe y con brackets, él “enamorado”. Significa que tengo 12 años de estar Dating y que estoy vieja, porque cuando estaba más joven no cabían 12 años de nada. Y no necesitás tener 12 años de estar saliendo y así para saber que existen imbéciles. Y según lo que he hablado con las personas involucradas en la producción de esta lista, no vale la pena involucrarse con un imbécil, ¿o sí? Nada justifica la pérdida de tiempo y de energía que demanda salir con un imbécil y tu nivel de tolerancia depende mucho de cuánto te gusta esta persona con pocas cosas buenas que ofrecerte. En Todo sobre mi madre, Penélope Cruz en el papel de la monja embarazada dice que “las mujeres somos más tolerantes, comprensivas.” Manuela aclara que no, que “las mujeres somos unas jilpoyas”.
Saliendo del paréntesis Almodovariano, salir con alguien es un proceso (a veces facilitado por Tinder*, dicen) que te obliga a abrirte, aferrarte y aceptar a otra persona; algo complicado de por sí, no hay necesidad de empeorarlo todo escogiendo a un idiota que no merece lo que uno con pobre juicio es capaz de aguantar.
*No me busquen en Tinder, amigos, no me van a encontrar. Soy muy anticuada para esto de citas vía dispositivos móviles en base a la primera impresión que provoca tu foto. 

Las señales están allí: luces rojas que te advierten del peligro de seguir adelante y hasta una voz interna en pánico que te dice "¡Salvate! ¡¡Salvate!!". Pero uno, por bruta, inexperta o enculada, no sabe leer bien las diferentes señales de que ese chero que tanto te gusta es un imbécil.
1. Le decís "Tengo que hablar con vos", te responde "Pues, yo tengo un patín, ahuevo..." Una evasión total de la clásica amenaza de ruptura “Tenemos que hablar”. ¿Qué hacer? Cortar con él por omisión es decir dejándole de hablar. ¿Cómo lográs llegar a este punto? Aguantando cosas del estilo quedarte esperándolo para ir al teatro pero, sorpresa, él se fue al mar y no te avisó, agarró tanto patín que hace días no sabés de él, te emocionaste la última vez que sonó tu cel y era él pero, ajá, te dice que “Chava, me voy al mar”. No podés cortar con él, no se deja ver. Estás en la relación más patética de tu historial amoroso y ya para cuando te dice que él por su lado tiene un patín que atender decís Salú. No lo vas a salvar: te vas a hundir con él.

2. Le decís "Necesito tiempo", se topa a tu mejor amiga. Vos estás muy joven y ves muchas películas, es normal y comprensible que un día vengás y escupás estupideces como “Estoy confundida, no sé qué siento, ¿será que esto ya es costumbre?” 7 meses pueden sentirse como que se te está yendo la juventud a los 16 años, necesitás tiempo y libertad. Y pasás pensando ¿qué hago, mara? Mientras tanto, tu querido novio le está entrando a tu mejor amiga y a nadie se le ocurre decírtelo hasta que ustedes dos cortan y alguien viene y te dice que las dos personas que querés o querías “se tienen algo”, esperando que sonrías con aprobación. El te dirá que fue tu culpa, que vos la cagaste. Vos decile que no sabías que era culpa tuya, que es tu culpa por tener a una mejor amiga con la que tu novio/exnovio se puede llegar a topar.

3. Te dice que no tiene novia, el fondo de pantalla de su cel dice "Te amo, gordo." ¿Qué te pasa, imbécil?

4. Te invita a salir o a pasar el finde juntos, le pasa hablando a otra chera. En el arte/juego de salir, existe una etapa medio fría en la que, al suave, solo están viendo qué ondas. Les gusta lo poco que conocen el uno del otro, y hay interés por las dos partes en, ajá, seguir lo de la vez pasada. Puede que pase, puede que no. Pero a ver, hombre, ¿no estás tan interesado y tenés ganas de alguien más también? En ese caso lo que hay que hacer para no quedar de imbécil es no decirle que se venga como tu date. ¿Para qué joder con el ego de una mujer soltera? Mejor advertirnos de que no va a haber seguimiento en este asunto este fin de semana, así podemos hacer otros planes.

5. Pasan la noche juntos, su status de Facebook le anuncia al público que amaneció contigo. ¿Acaso no sabe que, aparte de todos los amigos en común, vos también estás en su Facebook? ¿A quién se le ocurre decir en su status de Facebook Ah, por cierto, no solo ando bien a verga sino que hoy amanecí con…? Tu Timeline de Facebook te está diciendo “Mandalo a la mierda”.

6. Te ponés falda o camiseta escotada, él llora porque sufre de que otros te vean. No entiende el concepto de ponerte lo que se te da la gana. Hay niveles, pero ahí están las señales de esos celos insanos y posesividad. No, el que no entiende el respeto de la libertad de ponerte lo que a uno le gusta, con lo que uno está cómoda nunca te va a decir “Me encanta cuando todos te ven, me hace sentir orgulloso que estoy con la chera más guapa” o algo por el estilo. Creen que esa inseguridad y la relación enfermiza es sostenible en el tiempo, ¿en serio?

7. Vos te vas a tu casa, él va a comportarse como la persona que no es contigo, siempre. Puede que parezca que solo está respetando tus deseos de irte a tu casa temprano o que celebra que seas más aburrida que sus amigos y que tu idea de diversión no se extiende siempre a las altas horas de la madrugada… Pero lo más probable es que él cree que está bien tener doble personalidad y que estas cohabiten. Si te dice que no va a hacer algo que a ti no te gusta, su lógica de imbécil lo que hace es obligarlo a simplemente no hacerlo delante tuyo. Todos tenemos a un Dr. Jekyll y a un Sr. Hyde pero, men, se trata de ser vos. Por favor, sé vos mismo delante de mí y de tus amigos y ni se te ocurra que no nos podemos divertir y salir juntos.
8. Te dice que le prestés tu cel, le decís no. Te lo arrebata y usa tu saldo para llamar a otra chera, al lado tuyo. ¿Su novia? ¿Su amiga? De seguro alguien no tan inteligente que tiene más aguante que vos, porque a ti te salió bien cara esa salida con el amigo imbécil y ya no tenés más aguante.

9. Te dice "Nos vemos en tu fiesta de cumpleaños", no llega.
No escribe sino hasta el día siguiente a decirte que otro día te devuelve los lentes oscuros. Muchos lo conocen como “el imbécil que llegó al patín la vez pasada”... Pero a vos, maje, ¡te encanta! Es sábado, y vas a celebrar tu cumpleaños esa noche, y te hacés la muy-tranquila-no-me-importa cuando le recuerdas, casual, que esa noche es tu patín. Te besa en la boca, de día, en público, cual Amante Oficial Amoroso, diciéndote que llegaría esa noche. A las 3 de la mañana, él no ha dado señales de vida, sos la cumpleañera berrinchuda y tu date es una botella sangría que se suma a los esfuerzos del alcohol ya ingerido para causar el acto desesperado de llamarle al celular y dejarle un mensaje de voz diciéndole lo obvio y que necesitás tus lentes oscuros. Te despertás en la miseria de tu goma y con un mensajito en tu cel de él que NO dice “Feliz cumpleaños”. ¿Qué tan difícil es decir "Feliz cumpleaños"? 

10. Esto de que estás enfocada en tu carrera no le gusta. “Te quiero y por eso no quiero que te vayás a estudiar fuera” suena mucho más imbécil que “Te apoyo y podés hacer lo que querrás, lo más importante es tu futuro.”, según mi lectura de las señales. El imbécil se pondrá muy triste y hasta enojado y te hará sentir mal por los éxitos que lográs y las oportunidades que se te presentan, en vez de emocionarse y celebrar tus logros como propios. #NoEsLoMismo 

11. Te dice que no es alguien que se enamora, al rato te cae un mensaje de él diciendo que está enamoradísimo de vos.  ¿Qué pasó? ¿Cambió de parecer? Lo que pasó fue que el mensaje no estaba dirigido a vos, era para otra chera. Que se lo quede la otra chera.

12. Se aburre de la fiesta y te deja. Aparentemente es muy difícil hacerte barra o, al menos, asegurarte de que tenés ride de regreso.