Mi segunda vez en México

"Way too serious to be sitting on a large white egg" #Selfie #MéxicoDF #Museo
De mi segunda vez en México SI me acuerdo. Llevé una chaqueta de jeans por sí llovía, pero de resto iba a estar haciendo calor, dicen. Llevé miles de medicinas previendo intoxicaciones y males porque, pues, mi estómago no es muy inteligente que digamos. Y no me enfermé, a pesar de comer sopes con lechuguita en la calle, al lado del lago en Chapultepec. El día estaba gris pero no impidió la vista al castillo de Chapultepec, a la librería de madera que tenía una terraza sobre el lago que además tenía café para los adictos como yo... Y, pues, el museo de arte moderno que amo y extraño.

Comí tacos de guiso por 5 pesos cada uno y licuados y quesadillas de flor de calabaza (as seen in The World on Your palate) y quecas de huitlacoche que nunca había probado, todo en la colonia Narvarte. También comí nopales, enchiladas, paletas, y cosas, en Coyoacán pero olvidé las palabras de Benji “andá comé pozoles en el mercado de Coyoacán”, y creo que fue ese mismo día que fui a la casa de Frida, que me junté con Paco después de 5 años de no vernos…. El me llevó a la Bipo, y se me hace agua la boca recordar “las chelas” en esa mesa larga de madera como que era cantina, paredes forradas de cajas de cerveza de plástico vacías.

En el centro, me perdí a solas, vi tiendas de tiendas de vestidos de novias y de primera comunión y de 15 años; un centro cultural abandonado, carretones con calaveras, y el único comentario que me hicieron fue un “¡Güerita! No le tome fotos a la calle, tómese una foto usted que es más bonita”. Fue allí cerca del Zócalo, que vi como que era mi primera vez; y antes o después de recorrer el palacio Nacional y sus murales que hacen eco con los de Bellas Artes, que habías pasado camino a allá, porque me bajé en Bellas Artes. Salí del metro a taquillas, librerías, y museos, como el de la imprenta que me dejó con ganas de hacer grabado, sueño que aún no he abandonado del todo.

Me tomé una negra modelo desde una terraza que daba con el Zócalo, esuchando las protestas del movimiento #YoSoy132, el mismo día que tocó Panteón Rococó, a no-sé-cuántos-días de las pasadas elecciones. No fue mucho después que estuve afectada por el mezcal y modo peleonera, dramática. Quería fiesta, no quería volver a la Narvarte; y en vez terminé en una escuela de idiomas tomando rompope y cervezas.

Quería quedarme a vivir por allí, levantarme a desayunar sola, a caminar de un lado de la ciudad a otra, a siempre tener la opción de algo interesante que hacer, y sentirme en casa fuera de casa. Quizás era que aún había mucho por conocer.
Palabras sabias en el metro


Paty Trigueros

105 lbs, Sagitario, 1m56. Paty Stuff son las cosas que llenan mi agenda, las reseñas y anécdotas que lo recuentan. Hablo español, inglés, francés y spanglish. Me exilié en Francia por cuatro años y al regresar caí en copy publicitario, entre otras cosas. Redacto, escribo, traduzco, me río, tomo mucho café, soy una fumadora de medio tiempo y como como señorita pero tomo caballero.

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