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Ecos de la FIL Guadalajara 2014


Propio y singular -> personaje traductor que saca errores por la boca (conejos)

Ataques a la sintáxis 

Instrumento elástico que se llama lenguaje 

Papeles cortazarianos

Secretismos. Manuscritos.

Era agradable, en el sentido más pleno de la palabra 

La cadena de pésames incesantes

Eson son escombros de la conferencia sobre “Ecos cortazarianos en la FIL”, botados frenéticamente en mi cuaderno de bolsillo, en el transcurso de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara) del año pasado. Apuntes que se aferran y arrastran lo que se dijo en el panel entre, una sucesión de anécdotas de Sergio Ramírez, el mexicano Gonzalo Celorio y el filólogo español Carles Álvarez Garriga, editor posthumus de Julio Cortázar quien recordó la inmortalidad de Aurora, viuda de Cortázar. Todos acudían a recuerdos que había no sido intervenidos de alguna manera por el autor, englobando esta impresión de que Cortázar vive en sus lectores y, como dijo Celorio: “Por esa manera suya tan generosa, tan abierta de compartir en cada página sus ceremonias domésticas, sus rituales, sus juegos prohibidos, lo queremos mucho y somos sus amigos y aun sus cómplices. ¿Quién de nosotros no ha tenido la certeza de que tal o cual frase de Julio fue escrita para nosotros solos y para nadie más?" Y así, si busco, encontraría muchas más anotaciones de otro racimo de cosas que vi y escuché el año pasado en la FIL. 

[No he querido saber nada de la FIL Guadalajara de este año, aparte de eso que me mencionaron de que iba a estar Claudia Hernández. Ah, y también pensando en que, si estás allí, bus a large última novela de Jacinta Escudos, El Asesino Melancólico, bajo “El Salvador” en el stand de Centroamérica. No he querido enterarme de qué me voy a perder. Está pasando ahorita, en estos momentos son las jornadas profesionales o han recién acabado, se traslapan los programas para diferentes públicos que trabajan en este rollo, el métier du livre, con las conferencias y entrevistas y demás… y yo no estoy allá. Mejor recordar la del año pasado, en conmemoración a la FIL Guadalajara 2015, y para así saborear mis ganas de ir de nuevo.] 

Lo primero fue darle un abrazo muy sentido a Roberto Rueda Monreal, luego de finalizar la presentación del libro de Hélène Rioux, traducido por él. Luego, correr porque a las 7 es la presentación del libro Cinismo Ilustrado de Eduardo Salles y, a las 6:59 nos dicen que y está llena la sala, que no podemos entrar. Esta fue la primera de dos veces que fallé en el intento de ver a Salles, ya que no fui al pasado Festival de Antigua, festival de publicidad al que envié mi libro de Salles con una amiga, quien me lo regresó firmado por él. ¿Cómo es el dicho que nos da por decir con mi mejor amiga? “Si Mahomad no va a la montaña, la montaña llega a Mahomad.” En fin, usé el tiempo que le había reservado a Salles, ese sábado 29 de noviembre, el primer día de la FIL 2014, para ver el stand de Sexto Piso. Me quise llevar conmigo un ensayo sobre el capitalismo y el amor moderno y encontré una serie de libros sobre series, como Breaking Bad y The Sopranos; pero opté por El niño criminal, textos ambiguos (enter ensayos y diario, reflexiones) de Jean Genet, colección “La mujer cíclope”. La colección se llama así porque publica textos subjetivos, que muestran un visión personal únicamente.

(Párrafo 4: apartado para el lector.
El niño criminal no es el único que compré, pero me abstendré de nombrarlos. Como lector en la FIL, disfrutás de encontrar tantos títulos que no has andado buscando y de buscar aquel que has oído nombrar o te han recomendado. También, te podés sorprender a vos mismo comprando ediciones nuevas de viejos títulos queridos, porque la edición ilustrada de “El Perseguidor” de Julio Cortázar editado por el Zorro Negro es… y cuando llegué a este stand de una librería francesa (una que Qaeda en el D.F., con una sucursal en Insurgentes y otra en condesa), me quise llevar chineados miles de ediciones clásicas y carísimas y… Al final, me llevé una edición especial (roja, linda… o, bueno, más cara que la versión poche) Les exercises de style de Raymond Queneau, algo que leí por primera vez en 2003, no en una edición tan bonita, ¿me explico? “Haz espacio en la maleta, porque el libro que quieras lo encuentras en la FIL”; salvo por El arte de la novela de Milan Kundera, que no estaba por ningún lado.)

Aprendí ese primer día que en ciertos stands te regalan tequila y mezcal y con eso ya tenés un adentro de Deep Blue Electro Pub, donde te tomás una Victoria con un “espadín joven” esas son otras historias, que tienen que ver con el efecto adormecedor en los labios y el pecho encendido. Aprendí, además, que había que llegar temprano para evitar que se llenaran las salas, y debo admitir que me perdí de la charla que dio La casa del libro sobre los e-books y las e-librerías, pero me la contaron y allí ando parafernalia de toda la parte (porque era una parte entera, dentro del área internacional, de stands de e-books y cosas electrónicas, con nombres grandes como Ghandi y también casos especializados como la biblioteca de la UNAM, a cuya charla sí asistí). Y llegué temprano a escuchar a Cristina Banegas hablar sobre Eva en la hoguera y el lenguaje en el teatro; “Lo tuyo es puro teatro”, parte del programa del país invitado Argentina. Además, otro panel de Cortázar y uno de Borges, la universalidad de Borges vista desde al menos 3 puntos de vista (y estilos) distintos. ¿Se imaginan la tarea de revisar, usando el registro de la Biblioteca Nacional de Argentina, todos los libros que Jorge Luis Borges alquiló? Y así estudiar sus lecturas, sus apuntes y su obra. 

El jueves 4 (o 3? No sé) fue mi último día allí y fue cuando descubrí la editorial chilena Ceibo, con conversación y más; y también los libros del sello Zorro Rojo y Zorro Negro, editorial premiada en distintas ocasiones por su labor editorial. Inesperadamente me encontré con UNAM películas y me llevé mi favorita a la casa, Jules et Jim. Lo que no logré fue escuchar a David Byrne (del grupo Talking Heads) presentar su libro, Cómo funciona la música. La FIL estaba llena y yo ya me tenía que ir al aeropuerto, para aterrizar en el DF e ir buscar (desesperadamente) dónde dormir en la colonia Roma Norte. Y, claro, me guardo detalles que solo mi memoria borrosa podrá entender. Además que mis dolores de cabeza nublan los recuerdos. 


Confesiones jalisqueñas

Yo me podría venir a vivir a Guadalajara, Jalisco. No me importaría tener que despertarme todos los días en un clima semi tropical que, según Alejandro el guía turístico, durante la época húmeda llueve solo en las noches y, según mi experiencia, los meses de fin de año son cielos azules con una luz particularmente bella que se da a las 5pm. Viendo desde la ventana de los taxis sitio y desde las calles y avenidas desconocidas, veo un montón de cosas atractivas por descubrir al ritmo agradable de ambiantes y sabores. Además, me imagino que desde aquí puedo tener con el D.F. una relación como la que tuve con París en lo que estuve en Bordeaux: apasionada y sin compromisos. 

Hay estructuras que no entiendo (como "el bolado amarillo" y un puente colgante que cambia de colores apodado "la pérgola", según le entendí al taxista); hay lugares creídos, pretenciosos e incluso cerotes... Pero hay tantos otros que son hermosos, dentro y fuera de la ciudad.  

Esto de vivir en Guadalajara es hipotético, pero estoy segura que de ser así no lo pensaría dos veces, cada año, eso de inscribirme a la Feria Internacional del Libro (FIL). Además, no dudo que me la pasara bien en Mayo (¿o cuándo es que es..?) durante El festival de Cine. 

"Deberías ir al Festival de Cine de Guadalajara, que también es muy padre".

Fuera cliente frecuente del Café Libertad sobre la Cal. Libertad, sería experta en las características y múltiples usos del Agave, tomara tequila y mezcal como que fuera agua, y (en mi mente, claro) iría con frecuencia a Puerto Vallarta como en las revistas. Tendría la opción de ir al teatro, de recorrer El Centro y de memorizarme las diferentes cúpulas coloniales lindas que sobresen del panorama. Además, ¿cuántas caminatas y silencios y monólogos caben en esos parques? 

Si me viniera a vivir aquí a Guadalajara, interpretara un rol cada que anduviera en la calle o en taxi. Sí, sí; yo sé donde es, cual "güera pero mexicanita" para que no me den paja y me traten de sacar 150 pesos de la Expo Guadalajara al Hotel Victoria Ejecutivo. No me digan, tampoco, que la Calz. Independencia y Prisciliano Sánchez es zona de algo riesgo -- Ya sé a qué se refieren con "peligroso de noche", ¡llévenme a La Mutualista! Y en esas de ubicarme y exprimir mi sentido de orientación, me diera unas perdidas inolvidables Como me suele suceder, equivocándome y retrocediendo y volviendo a empezar antes de saber perfectamente cómo llegar a la Cervecería Unión desde la Ave. la Paz. Probablemente me subiera en El bus equivocado para bajarme a la mitad de la nada en búsqueda de los "Tacos Gigantes" que quedan encima de un puente o de los Tacos Árabes que vi una vez frente a una tienda Oxxo. Cuando regresè por ellos, ya no estaban. 


México o la tercera no es la vencida

La pared azul de la casa de Frida Kahlo
Sucedió el mismo años que mi segundo viaje a México y en condiciones muy diferentes. No viajé sola puesto que, tal como mis contactos del Instituto Francés de la lengua (IFAL) me habían dicho, éramos dos salvadoreñas inscritas al VII Seminario de Formación para Jóvenes Traductores. En nuestra cena en el hotel impersonal de la colonia Roma aprendí que ella era vegetariana, práctica que yo había abandonado ya para ese momento, e intérprete, práctica que no domino y que respeto por las presiones de una traducción simultánea eficiente. Los aliento a todos, amigos intérpretes. La soledad de mi cuarto de hotel anticuado con la compañía de una televisión gorda que me miraba, apagada, y el placer de baños largos en la tina era algo que había anhelado desde hace ya ratos. La soledad voluntaria es hermosa.
Sola con mi desorden
#Hotel
La semana en el IFAL llevaba un ritmo marcado por la caminata al instituto en la mañana (después de desayunos con omelettes de huitlacoche, chila quiles y otras maravillas), los seminarios y ponencias* en las que conocí los pensamientos de Walter Benjamin y demás; los almuerzos intermediarios entre la jornada de la mañana y la de la tarde, con los talleres de traducción. Ya no recuerdo cuantos traductores éramos, cada uno con historias y carreras diferentes... Habremos sido 12? 13? 14? Si me detengo a pensarlo, consigo la cifra; me recuerdo de todos... y recuerdo ese momento de escuchar en nuestras propuestas de traducción una riqueza de acentos, expresiones idiomáticas, sintaxis, lenguaje, estilo. ¿Porqué? No solo porque la traducción es un trabajo de la pluma de alguien, sino también porque éramos voceros de las variantes del idioma español, representantes de México, El Salvador, Guatemala, Colombia, Argentina, Venezuela. *entre los ponentes estaban Marta Gegúndez, Laura López Morales, Philippe Ollé-Laprune y Danielle Risterucci-Roudnicky 

“It is the task of the translator to release in his own language that pure language that is under the spell of another, to liberate the language imprisoned in a work in his re-creation of that work.” 

Pepe, Roberto y Dénis vivían en el D.F., tuvieron un rol de anfitriones, según lo que recuerdo. Pepe nos llevó a la Torre Latinoamericana, el rascacielos y su bar/lounge que nos dio para vino, conversaciones y fotos conmemorativas de nuestro turismo pedagógico. Y no sé si fue esa misma noche u otra que migramos, bajo instrucciones de Roberto y de Dénis, a La Bota. Amo a La Bota, porque la Bota tiene comida y vinos y chelas y tragos y "parece taberna española y al mismo tiempo el desván de tus abuelos". Allí probé una quesadilla del tamaño de un plato que nadaba en salsa verde, que me picaba, y me ardía; delicioso. La sopa de chorizo que compartieron Pepe y Robin se miraba genial, pero suficiente con ese poquito de mezcal y esa quesadilla picantísima gigante. Probé una torta vegetariana ahogada en salsa roja, ese sábado que volvimos, después de una mañana en Coyoacán. Caminé de nuevo por la calle Londres hasta llegar a la Casa Azul y, a ser honesta, llevábamos con una hora perdidas al costado de Coyoacán y en nuestra ruta encontramos a un árbol lleno de chicles y a una quinceañera posando con cañones de guerra. ¿Será posible regresar en el tiempo y hacerme amiga de Léon Trotsky? Se me hace que me divirtiera en su jardín y su estudio.

¿Cómo es que se llamaba este lugar...? Era un centro cultural en Condesa y la sala estaba llena. Arturo Vázquez Barón nos convocó a una conferencia de Danielle Rasterucci sobre escribir en el exilio y las relaciones de un mismo autor con dos idiomas, evocando al ejemplo de Vladimir Nabokov y otros y grandes autores y sus libros. 

***

Llegamos al Vitcoria Express en Guadalajara creyendo que se habían equivocado de dirección, pues muy bonito era el inmueble grandísimo que nos acogió. "¿Viste? Tiene alberca." Pero, no no me metí a la piscina del hotel. Me tomé unas cervezas el domingo, me levanté a desayunar pan y jugo, me albergué en mi cuarto cuando me sentía enferma, allí murió mi computadora por enésima vez... Y ya fuera del hotel, fuimos a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), parte del programa y un mundo nuevo para mí. "Todo lo que tiene que ver con libros y leer, en un solo lugar"

Me sorprendió que el área designada para México fuera tan grande (mucho más grande que el área internacional), vi el contraste entre editoriales emergentes con un trabajo de contenido y diseño que me llamaron la atención y las grandes colecciones de libros pedagógicos e enciclopedias, o el gran protagonismo de Océano y de la librería Ghandi...

 "Liberación Sexual. Todo comenzó con un libro."

Conocí de cerca a la Editorial EVA y su onda juvenil de Costa Rica, me perdí un rato en el área de literatura infantil, me quedé enamorada de tarjetas de presentación y cartas postales puestas sobre El muro de ilustración, hablé con una chava que me enseñó el puesto de su editorial y su trip de editar libros de fotografías, cuadernos, calendarios, agendas... Por allí debo de tener su tarjeta en algún lugar, y, pues, nada... Ver, hablar, conocer, sentarme a escuchar sobre los nuevos convenios con traductores en Israel y Brasil o los comentarios y las presentaciones de libros traducidos, con el autor y el traductor presente... Comprar La Cloaca de Roberto Rueda Monreal y llevarme mi ejemplar autografeado... Y también, como todos, tenía que comer, así que me senté y terminé hablando y hablando y hablando con dos mujeres que reían conmigo. Mucho gusto, encantadas, y "¡No te casés!"  me dijeron.

Así que, hace dos años, conocí un poquito de la FIL, y un poco de Guadalajara después de caminar todo el día sin rumbo junto a Veronica, una de mis colegas traductoras del viaje. La FIL este año comienza el sábado 29 de noviembre. Allí estaré yo, a las 18h30 en el salón Alfredo R. Placencia en la presentación del libro de Hélène Rioux con Roberto Rueda Monreal. 

Guadalajara Mon Amour