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Amor por películas de amor

Romantic Comedy: género de cine amado por much@s

Esto no es un preámbulo para San Valentín, ni acerca de enamorar ni amar. Es para amar películas románticas, un amor que comparto con mi amiga Ana Yancy, a quien curiosamente se le ocurrió organizar sus preferidas según nombres de actrices que han ganado nuestro corazón.

post colaborativo
¿Ya habíamos hablado de Kate Hudson? How to lose a guy in 10 days (Cómo perder a un hombre en 10 días) nos dejó la referencia del vestido amarillo sin espalda como modelo de un vestido para fiesta para algún día mandar a hacer uno. Además, claro, la historia de la mujer que no cree en el amor, pero termina cayendo ante él... y esa eterna guerra de sexos para saber quien cede primero, que se repite. La recomiendo porque es de las comedias que sí me sacan risas.

Para terminar con Kate, en You, me and Dupree y en Raising Helen vemos de nuevo la cara fresca con tramas en las que se escucha el eco de películas anteriores… pero luego está Something Borrowed, que se centra más en el tema de amistad y las consecuencias de errores. En Hollywood todo se vale, y a medida pasa el tiempo vemos una deformación de las tramas clásicas, aparecen tramas como esta. Y, hablando de casarse y no casarse, Bachelorette fue un descubrimiento con el que me tropecé en Netflix.com. Sirvió de búfer para el aburrimiento con personajes estereotipados protagonizados por caras como Kirsten Dunst y Isla Fisher.

¿A quien más amamos? A Sandra Bullock. Two weeks notice (Amor a segunda vista) aparece en la tele y ahí me tiene, al igual que The Lake House (La casa del lago), 28 días, Miss símpatía (más la uno que la dos), etc. La Propuesta me soprprendió por el humor y el carisma de todos los personajes, y la vuelvo a ver feliz; y Ana Yancy incluso la amó en Gravity, peli que se sale del género romántico en cuestión.

En la lista sigue Julia Roberts, con una debilidad compartida por sus comedias. No podemos hablar con objetividad pero sí podemos decir que “I’m just a girl standing in front of a boy” Notting Hill, Pretty Woman (Mujer Bonita), la persecución sin éxito de un exnovio comprometido en My Best Friend’s wedding (La novia de mi mejor amigo) y la lucha por cambiar ideas en Mona Lisa’s Smile (La Sonrisa de la Mona Lisa)... Todas son películas para ver una y otra vez.

¿Y saben qué? Otro día podríamos seguir y mencionar a Brittany Murphy, a Ryan Reynolds en Definitetly, Maybe, a Going The Distance cuya copia pirateada yace sobre mi mesa de noche porque no me aburre ver a Justin Long y Drew Barrymore amarse y sufrir, o a Katherine Heigl repitiendo el mismo rol de la rubia exitosa que necesita relajarse un rato y dejarse amar. No sé ustedes, pero estos son nuestros picks, en resumen; y hoy es un buen día para ver cine en la cama. 

La cultura VHS, madre de mi amor por películas de amor
Patricia Trigueros

Carta a Diane Keaton


Annie Hall... que diga, Diane Keaton.
Yo también quiero celebrar el cumpleaños de Diane Keaton, alguien que admiro por su trabajo y personalidad, además de reconocer la belleza y el estilo que también caracteriza. A ese rostro lo conocí en mi infancia, viendo una y otra vez Baby Boom y El Padre de la novia, comedias en la que aparecía la voz reconfortante de una actriz madura. Esa misma que luego aparece en papeles similares de una madre seria, levemente neurótica y tensa que libera comedia de situaciones, gestos e, incluso, ternura. Hablo, claro, de The first wives Clubs (con Goldie Hawn y Bette Middler) y Something’s Gotta Give (con Jack Nicholson) de Nancy Meyers, por ejemplo. Son hechas para verlas con mi mamá o con mis hermanas, o junto a alguien que tenga mamás y hermanas como las que se ven en las comedias de Diane Keaton. He visto y vuelto a ver su esencia, la misma energía con la que canta You Don’t Own Me en The first Wives Club, escena que en mi infancia me dejó con ganas de yo también formar parte de un club de divorciadas/primeras esposas.

En mi adolescencia y posadolescencia (cosa del pasado, pues a mis 27 años ya me puedo autodenominar Adulta) descubrí de dónde venía este ícono de la moda, una actriz que con el pasar de los años no perdía uno de los diferenciadores de su manera excéntrica de vestir, porque no perdía su personalidad, su sentido del humor, su inteligencia. (De hecho, hoy en ManRepeller.com hay un artículo y fotogalería interesante acerca del estilo y la moda de Diane Keaton). Su carrera pasa del canto en nightclubs y teatro al cine en los 70’s. Ella protagoniza y co-protagoniza grandes historias, encranando personajes emblemáticos, desde Kay en El Padrino de Frances Ford Coppola hasta Annie Hall, una de las 8 películas que filmó con Woody Allen.

Yo usando un cuello de tortuga debajo de mi camisa de botones a lo Diane Keaton

Mary, gozando. Manhattan, te amo.  
Era su musa, dicen. También fue su amor. ¿Qué pasaría si vuelven a hacer algo juntos? No sé, pero sé que Diane Keaton hace el trabajo cómico de ingenuidad y absurdidad tanto en Sleeper como en Love And Death, nos deja ansiedad en Interiors, y enamora en Annie Hall y en Manhattan. Annie en Annie Hall es una mujer libre, joven, que se ríe de ella misma y se acepta como la misma actriz fuera de las cámaras. La relación que Annie tiene con Alvy Singer es la coalición de dos generaciones distintas y su bagaje cultural, dos polos como Nueva York y Los Angeles, que encuentran como crecer juntos hasta que las diferencias los separan. Inteligente, romántica y casi trágica, como suele pasar todos los días. Es una bella colección de momentos e imágenes a conservar y a renovar en el entretenimiento que le siguió. (O por lo menos eso creo, porque yo disfruto del cine de Woody Allen y de las correspondencias entre su obra y las comedias o dramas que le siguieron, como en el caso de Le Nom des Gens). Y, aparte de mezcla entre lo visual y lo sonoro de Manhattan, la historia que se desarrolla no fuera igual de no ser por el personaje de Mary, tan inteligente y tan fuerte, tan en contraste con las mujeres que parecen formar parte de Nueva York. Mary es crítica, académica, culta, platicona, editora y escritora. Y dentro de su ritmo trabajador y su historial amorosa, aún encuentra soledad y vacíos, sin jamás estancarse. Vestida de pantalones acampanados, blazers y camisas de botones, con el frizz de su pelo, es natural como atrae la atención de varios hombres sin tener que acoplarse a ningún estereotipo de belleza o roles.

En mi búsqueda por ver a Diane Keaton en la pantalla reducida de mi computadora portátil, pasé por más títulos, y alguno que otro que no valen la pena. En esas estaba cuando vi un clip de Looking for Mr. Goodbar (1975), una escena breve de un fracaso amoroso entre una estudiante y un profesor universitario. Nueva York, los 70’s, liberación femenina y amoríos; según yo. Luego, vi a solas una madrugada una película (buena, pero) horrible, que va escalando, acerca de una profesora de primaria que encuentra en discotecas de la ciudad relaciones violentas, abusivas, y otros vicios. Veanla sol@s en la madrugada y sabrán del mal sentimiento del que hablo.

Un día la oí decir, en una entrevista, de que la razón por la cual permaneció soltera fue por su carrera y su incapacidad de sacrificar algo. Explicaba también que venía de una época muy marcada por las presiones sociales, los roles de género, las exigencias que hacían incompatibles una carrera con un matrimonio. En otra ocasión dijo que eso de La Solterona es un mito. Diane Keaton nació en 1946 y hoy cumple 68 años de vida y no-sé-cuántos de darle vida a personajes femeninos únicos, carismáticos, encantadores y libres. Inspira no a seguir sus pasos, sino a ser uno mismo, siempre.

La violenta dramatización de la novela Looking for Mr. Goodbar (1975)


Citas y cine de domingo

Cheesy bacon, perfecta para una película
Los domingos son días benevolentes, que te regalan el tiempo de armar planes domingueros. Las idas a la playa, a almorzar, a la montaña, a “publear”, al cine, a comer minuta, y cenar pupusas. Hay domingo más tranquilos que otros, como hay domingos tan divertidos que te dejan necesitando otros domingos. De este tiempo que amablemente nos ofrece el final de la semana, podés armar planes y citas contigo misma. Hoy, vos, ¿de qué tenés ganas? Postergá la hora de bañarte, quedate en la cama un poco más; estirate y soñá despierta con hacerlo todo.

Tenés chance de ir por las líneas de tiempo de las redes que consumís y leer. De pronto hay un cuento corto por en Letras Libres, y Brainpickings te habla de qué pensaban grandes autores de llevar un diario… Y piensas en vos y tus diarios o, en su defecto, en quienes conoces que tienen el hábito de llevar un diario… Regresás, por cuestiones de curiosidad, a leer en Slate sobre Esther Perel y la infidelidad, algo que te recuerda a conversaciones y discusiones acerca del mantenimiento y el deseo en una relación, o no… Vos no sabés, vos sabés solamente que vas a leer y tomar café. Hoy no tenés energías para cocinar.
No recordabas esa parte del primer capítulo y, avanzada tu lectura, aún en esta segunda oportunidad que le diste, no estás segura qué opinar al respecto. Muy obvio, ¿no? Lo que cuenta, es decir. Y si vas a hablar de lo obvio, encuentra una manera mejor de decírmelo.

Tu cita con la cama y la lectura termina abruptamente, interrumpida por el hambre y la atracción por Domino’s Pizza. Dicen que toda pizza es tamaño personal, si de verdad lo cree. También dicen que no hay que comer comida rápida y grasosa, que la vida es mejor sin gluten y sin carbohidratos y sin grasa. Yo digo que una película es mejor, a veces, con Domino’s Pizza Cheesy Bacon. Puedo compartir de mi pizza, pero déjenme a mí y a mi gusto por estos pedazos hermosos y ostentosos que combinan quesos con tocino y masa y… *suspiro*

¿Por qué no volver a ver Husbands and Wives? Quizás es que la has visto tantas veces que sos como inmune a lo terrible y horrible que ves dentro de ese largometraje de Woody Allen, o quizás sea tu amor por Woody Allen y por la pizza. Pero te fijás bien el la película, aunque ya la conocés: aprendés de nuevo de la tensión y los conflictos que habitan y animan a las dos parejas, lo paradójico de los conflictos que los persiguen después de un divorcio y los que nacen de no querer divorciarse. Entendés las frustraciones de los exes que se extrañan porque a pesar de todo en la cotidianidad se complementaban como con nadie más, aunque no las compartís vos desde tu sofá. Y comprendés el comportamiento irracional del personaje de Woody que persigue a la estudiante provocadora y ambigua, inusual; y también a Mia Farrow, que no se da cuenta de la creciente infatuación por Liam Neeson. Y cómo es de pasivo-agresivo te sorprende, el giro del peso que cobra este personaje. Debiste de haberlo visto venir. Lo vivís, lo entendés, pues el factor humanos y lo emocional esta allí y está en ti, aunque no has estado tú allí; te destruye. ¿O es que comiste mucha pizza? En todo caso, la cita con Woody Allen ha terminado.

Decidís romper tu compromiso con tu pijama, no porque la has dejado de querer; porque, al fin y al cabo, vivís en San Salvador y tu tolerancia al calor tiene un límite. Y viene el lapso posducha, en el que cabe una ida por café, por sorbete, por vicios secretos como ropa rebajada; como cabe el “momento toalla” seguido de una siesta. Al momento de letargo, cobijas, semi-sueño, que le sigue a la ducha, en toalla, y precede el momento de vestirse, se le conoce como “el momento toalla”.

Podés hacer lo que querrás con tus domingos, como guardar ese pan con pavo salsudo exclusivamente para acompañar la película que has querido ver desde que la viste anunciada. The Other Woman ya está en Let me Watch This, y Netflix muchas veces no te entiende, así que se vale. Sabés que no te va a gustar, que no es de las buenas comedias románticas. Solo va a abonar a la sorpresa de que sos consumidora de Rom Coms, que es casi una patología, pero tu pan con pavo sabe muy bien con algo ligero. A vos también te sorprende y no sabés si contarle a la gente de que voluntariamente escogiste ver una película que se trata de que cómo Cameron Díaz descubre que su novio está casado y se hace amiga de la esposa. No, no es así no más. Hay más: juntas descubren que hay otra, y ahora son tres las amigas que se dedican a vengarse. En el proceso, descubren como hacerse feliz a ellas mismas, por supuesto. Cameron Díaz, de hecho, hasta consigue a un Amor-de-su-vida.
Se te cruza por la cabeza volver a ver Trainspotting, ultra-fan de cómo te cuentan todo y cada una de las cosas que la componen, y emocionada cuando recordás las frases y el soundtrack… Pero te detiene saber que no la vas a aguantar. Tu sensibilidad no está hecha para esas escenas, esos bajos, esa vibra, y esas escenas (de nuevo). Ni tu corazón ni tu estómago pueden sobrevivir a ver Trainspotting un domingo antes de dormir. No lo hagás. Te va a dejar una mala imagen de lo que puede ser una cita contigo, con una película, con tu descanso, un domingo.

Domingo en la noche

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Cine en la cama

Este domingo por la tarde, el FAS jugó contra el Alianza en el estadio Cuscatlán de San Salvador, dejando al FAS en segundo lugar y felices a los fans de la Alianza. Parece que en algún momento hubo pólvora que se salió del control, dejando daños en las graderías y a una mujer lesionada, y la vida continuo. Mi conocimiento sobre el tema siendo muy pobre, y mi interés también, yo estaba en mi cama viendo una película mientras eso pasaba. Aquí te pueden contar más sobre el partido de ahora; yo te voy a hablar de cine en la cama. 

"Sólo sé que salen Bill Murray y Laura Linney, eso es todo lo que necesito saber" dije cuando empezamos a ver Hyde Park on Hudson. Laura Linney es perfecta en todo lo que hace, o por lo menos esa es mi opinión desde The Truman Show (1998) y mi percepción cuando la veo en Mystic River (2003) de Clint Eastwood o como una literata disfuncional en, una de mis favoritas, The Squid in the Whale (2005).

Mi ignorancia era tal que hasta me dejé llevar por mis suposiciones, y me imaginaba un punto o motivo de encuentro entre Hyde Park, el parque en Londres, y el río Hudson que separa a New Jersey de Nueva York... Pero no, no se trata de eso: Hyde Park on Hudson se centra en un momento del mandato de Franklin D. Roosevelt, presidente de los EE.UU. que estuvo en el poder durante la Segunda Guerra Mundial. Lidiando con su polio, en 1939 que se avecinaba la Guerra en Europa mientras los estadounidenses permanecían en depresión económica, el Presidente se mantenía en la propiedad de su familia denominada Hyde Park on Hudson y recibe a su prima lejana Margaret alias Daisy interpretada por Linney, y nace entonces un amorío entre ellos. Ella está allí con él para cuando reciben a la realeza inglesa, con motivos de aliarse. 

This guy 
Esta película biográfica-histórica no logra moverme el piso como otras, pero me interesó el desarrollo de los personajes que se entretejen en la historia, como Eleanor Roosevelt y Henry IV y Queen Elizabeth. La fotografía me recordó, quizás por los colores y los planos, a My Week with Marilyn,y creo que todos disfrutan de bellas escenas al ver cine, ya sea en la cama o no. Y hablando de escenas, la mejor debe de ser cuando Roosevelt y el Rey se entretienen compartiendo insights personales, anécdotas, bebiendo. Dan ganas de ser cipote y acercarse a una personalidad como la que te pintan que es Roosevelt. Pero a Bill Murray, aquel comediante tan único que no sé ni como describir lo increíble que es, le hubiera caído mejor otro proyecto, un rol más él y una película más más... aunque todos hicieron un buen trabajo.

Cine en la cama, actividad que se puede practicar de manera individual o en pareja. En mi lista de cosas que ver está: "cualquier cosa con Bill Murray", y esta la puedo tachar.