Madrid con Santi o un título más elegante


c.f. un email del 2009


¿Te llegó mi wall-post? le pregunté una vez, a lo que él contestó que sí, que ¿cuándo has escuchado que a alguien no le llega un wall-post? Teníamos 1 año de vivir juntos y aún nos escribíamos mensajes en Facebook y también correos electrónicos, pues se me hacía que ya casi nadie escribía e-mails. Fue en un e-mail, de hecho, que él me propuso que nos fuéramos a Madrid­ –“él” siendo mi amigo, mi bromance, mi chero, mi asesor y colega.
12 euros! 12 euros ya! Dejamos a Edgar y nos subimos al bus drunk.
Y le hice caso y nos fuimos, luego de dejar a Edgar; habrá sido por estas fechas, ¿no? El 26 de junio estábamos allá, seguro. Pues, digo “seguro” cuando en realidad mi memoria es súper borrosa con respecto a ese viaje. Es como si alcohol que bebimos haya jugado el rol de filtro de mis recuerdos, que con los años se haya humedecido y hoy empaña aún la vista a esos días y noches en Madrid.
Fuimos a Casa Camacho con buena pinta, muy pulcros y serios, con los madrileños residentes y el visitante de Oviedo, también muy serio. A éste, me parece, lo devolvimos muy, muy ebrio después de rondas de bachata en Chueca. Usé gafas oscuras de noche, además, y besé de nuevo a la estatua de la niña de San Idelfonso en Malasaña y, si y solo si no me equivoco, fue en un espacio entre las 23 horas y las 6 AM,  entre Malasaña y Chueca, que dos noches después recordamos a Michael Jackson que recién había muerto.

...Se puso súper borracho e invitó a trago a todos los collocs de Dada...
Con labial rojo y décolté y todo, bailé quién-sabe-qué en un antro favoritísimo cerca de Chueca. Lo menciono porque, ahora que lo recuerdo, esa misma noche un amigo del bar me dijo que no le importa la muerte de Michael, ¡ha muerto Farrah! Y nosotros, mi roommate y yo, nos tomamos fotos absurdas y movidas con los azulejos verdes del baño del antro dolido por la muerte de Farrah Fawcett. Es que en esa época yo andaba una cámara que he reemplazado (tras su robo o extravío en mi apartamento en 2009) con un celular. Mejor, ¿no? Eso y que a él y a mí nos daba por tomarnos fotitos de yo besando a la cámara y él haciendo una mueca involuntaria, foto de again, s’il vous plait. Y después volví por alguna extraña razón haciendo un espectáculo que involucra mi labial, otro peinado y mi bufanda, como una procesión que terminaba en un taxi en el que apenas cabíamos, pero cupimos.
Y no recuerdo cómo dormíamos, pero amanecíamos y seguíamos. Fuimos a dar un paseo, incluso, a Hotel Kafka: le vimos de lejos, nos asomamos a imaginarnos las clases de Máster en Escritura Creativa y demás. Luego, nos fuimos. Seguimos.  Pasábamos de una noche con una mujer con bigote dispuesta a conseguir besitos, a un bar con un anciano en las últimas que con la caña que te sirven están los vestigios de tantos años de farra, un lugar ochenteros y plateado… a tardes burlándonos del copy publicitario de Starbucks y sus strawberry berry festive frappuccino white cherry mocha e Intimissimi (y a Bordeaux y su ausencia de modernidad le echo la culpa de esto, que nos tenía desacostumbrados a la diversidad marketera) y también a un mar de fotos de Annie Leibovitz, un mar que vimos y amamos. Ah, todo eso y kebab con vista al Templo de Debod, porque ¿por qué no? Debimos de haber dormido en Argüelles y no, no me acuerdo de habernos regresado juntos porque él, mi querido amigo “él”, se fue de Argüelles al aeropuerto de Barajas y de Barajas a Bogotá, Colombia.



Bros
Patricia Trigueros

Paty Trigueros

105 lbs, Sagitario, 1m56. Paty Stuff son las cosas que llenan mi agenda, las reseñas y anécdotas que lo recuentan. Hablo español, inglés, francés y spanglish. Me exilié en Francia por cuatro años y al regresar caí en copy publicitario, entre otras cosas. Redacto, escribo, traduzco, me río, tomo mucho café, soy una fumadora de medio tiempo y como como señorita pero tomo caballero.

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