Es que tengo 26 años

5:00 Confesiones , julio , late twenties , Paty Stuff 2 Comments

yo en mi cumpleaños el pasado 21 de diciembre

Soy una niña grande, que ahora se sienta en la mesa de los niños grandes. O por lo menos así me siento desde el 21 de diciembre del año pasado que cumplí 26. "No estás vieja", estoy de acuerdo: en la década de los 20's caben tantas cosas que no necesariamente son representativas de la vejez divino tesoro. ¿Cuál es el afán por crecer antes de tiempo? Hay que dejar ser a los veinteañeros que aún recuerdan con lujo de detalle el ritmo de vivir y aprender pos-adolescente. Pero me doy cuenta con cositas que me hacen decir "Es que tengo 26" que en efecto hay diferencias entre la pos-adolescencia y la pre-vejez.

1. Prefiero despertarme, salirme de la cama, a las 5:00AM (y ni ver el amanecer bonito con tal de hacer lo que haya que hacer) o la hora que sea... En vez de no dormir, trabajar hasta tarde, aguantar sueño, o inyectarme el café o Red Bull como he hecho antes. No, ni loca. ¿No está listo lo que hay que entregar/presentar? Ni modo, lo terminaré eficientemente después de dormir.
2. Voy al gimnasio porque me hace bien. Porque es bueno para mi circulación y mi espalda. Cuido mi a mi cuerpo como pidiéndole perdón por mi pasado juvenil irresponsable y también anticipando los fines de semana con excesos. Creo. Esta relación con la actividad física no sería posible de no ser porque tengo 26 años. A mis 21, mi cardio era ir de compras. 
3. Ya no tomo tanto café. Sí tomo mucho café, sólo que ya no tomo 6 tazas u ocho, o 6 tazas y otras de té. No. Sólo tomo 4 (idealmente). No que sea sana mi relación con el café: me caché tomando café frío abandonado pensando "Ay, no importa, lo amo".
4. En mi época la cerveza era más barata. Todo era más barato.
5. Ya me siento culpable de que llevo 10 años fumando. Pero, pero, ya no fumo tanto como antes del 2008; osea que fue hace 5 años que dije NO, esto debe de cambiar.
6. Antes, ir al mar sin supervisión era encontrar la mejor manera de que pan de caja y una lata de atún cubriera los 3 tiempos de comida entre varias personas. Ahora, es sinónimo de comer bien, de cocinar, de tomar bien. No sólo me cuido (a veces), me trato bien. 
7. Para ciertas cosas, me dejó el tren. No diré cuáles. Ya no es lo mismo, pasa la oportunidad y no no me puedo subir, ya no alcanzo. Pero no, no es ese tren. Ese tren que se vaya. 
8. ¿Y qué se supone que debo de hacer con todo este equipaje que me han dejado estos últimos 10 años de citas y salidas y relaciones?
9. Tengo la posibilidad de cumplir con todos los proyectos e ideas simultáneas que cohabitan en mi vida. Antes, todo pasaba de planes a planes fallidos.
10. Ya no hablo por teléfono borracha. De nada, amigos.