Aventuras del Galán

Fiesta en Ataco
El Galán bebé
No es lo mismo ¡qué galán! que estar bien galán –cual perro callejero, echado, relajado y feliz… como no es lo mismo estar galán que ser Galán, así como aquellos que se apellidan Galán, algo con lo que no me puedo identificar, pues mi apellido es Trigueros (entonces yo me identifico es con Tres tristes tigres comen trigo en un trigal). A lo que voy es que tampoco es lo mismo ¡ay, qué galán…! que un galán de noche.

No, no estoy hablando de un galán, un hombre carismático montado sobre los modelos de masculinidad de Hollywood de los 50’s –con bigotillo, un gran fumador; elegante el caballero– que pasa por vos una noche y te abre la puerta. Nótese cómo esta última imagen de seducción y pulcritud es lo que se nos viene a la mente cuando, sentada en pleno Vivero y Café El Arco en el municipio de Antiguo Cuscatlán, leemos “Galán de noche”, nombre de una bebida que lleva chocolate. Sin embargo, un galán de noche es una planta encantadora que florece solo de noche, y quizás es todo lo anterior todo en uno, también; no sé. La conocí en la casa de mi abuelo Don Manuel, floreciendo desde una maceta en el jardincito interno de esta casa ubicada sobre la Calle Gabriela Mistral, Col. Centroamérica, San Salvador. Eran ramas verdes de día y fragantes flores deslumbrantes de noche, que saludaban desde las 18h30, no antes.

“Traeme un galán”, me dijo Madre.

No muy lejos del parque central de Concepción de Ataco, me vendieron una maceta –que no era la más grande y que sus flores iban a ser rojas, no rosadas; un galán de noche especial– que seguro había nacido no muy lejos de las montañas de Ahuachapán. Se había acostumbrado ya, de seguro, a esta vida transitoria de agricultura; a las fases de ser sembrado y crecer, pasarse a una maceta; y luego las idas y venidas al mercado forjado de vendedores y turistas, a ver si ojalá esta vez le tocaba una promesa de vida sedentaria. En un año, de esta misma maceta que a penas y se le veían tres hojas (hojas gruesas y extrañas que no dejan ver de qué tipo de planta se trata exactamente, más siendo como uno que no sabe nada de plantas) tendrá ramas largas que caen y cuelgan, se mueven con los vientos esquizofrénicos del cambio climático, pues el clima en San Salvador ya no es como hace 20 años, según dicen. Y destacará en un jardín urbano, que qué lindo ese galán de noche.

Su aventura comenzó allí en la esquina del parque central de Ataco o al menos no muy lejos de. Allí fue recogido y chineado estratégicamente, de modo a no causarle daños a las manos humanos responsables de su traslado. Estas manos optaron por minuta y mango raspado, a media tarde de un domingo, con el clima montañesco que obliga a San Salvador a sentir celos. Fue una fiesta que duró lo que duran las meriendas pueblerinas, a la que bien se hubieran podido sumar una orden de riguas y de yuca sancochada que jamás va a saber tan bien como las que venden afuera del Parque Arqueológico El Tazumal.

Esa noche durmió en Ataco, rodeado del sonido decreciente del pueblo, despierto aun cuando se van a dormir los negocios locales. Si querés cenar a las 9:30 p.m., podés comer pupusas en más de algún lugar, o una orden de nachos improvisados, pero ¿qué sabe el galán de noche del nombre de estos lugares? Sabe más del descanso al son de una película en la tele doblada al español que hace que el domingo se propague y se extienda.

El primer lunes de sus siguientes lunes, amaneció en una habitación habitada por la luz del amanecer sombrío, porque no podemos esperar un amanecer tan rosado en los días nublados de invierno, ¿o sí? Y allí se apuraron todos a aguantar hambre y correr para llegar a San Salvador, vía Santa Ana, agarrando a la izquierda a la salida de Ataco.

El galán de noche iba bien galán en el baúl de un auto con buena pinta aventurera. Atravesó, a través de una bajada sinuosa, las montañas que dejaban ver la riqueza de un relieve que se extendía hasta a saber adonde. Ya no había tez grisácea de las tardes lluviosas que precedían al lunes. Habían, en vez, rayos caprichosos de un sol matutino y varias capas de verdes y azules que se agregan a la escena cafetalezca… hasta que estas vistas son interrumpidas por la ciudad de Ahuachapán, los rótulos de Ausoles y Termales de Santa Teresa, que siempre me dan ganas de ir…. Y luego sigue la ruta hacia la ciudad.

¿Será perceptible para todos la belleza peña que existe después de la ciudad de Santa Ana? Un espacio de tierra a lo Gran Cañón centroamericano sobre el cual rebota la luz del día (mejor cuando es a la hora del arrebol del atardecer incipiente), una vista animada por la magia de la compañía… ¿O será, como todo, que la historia es de quien la cuenta? Los ojos del galán se llevaron la impresión de esta vista a las 8:00 am y la promesa de que quizás algún día se bajaría la maceta a explorar estas tierras.

Pero permaneció en el baúl del automóvil, pasando con afán por Lourdes y por la carretera de Los Chorros, desvestida del drama del tráfico casi impenetrable; pero, ojo, que hay una salida sobre la carretera que te desvía.

Fue hasta el final del día laboral que el galán de noche salió de la parte de atrás del carro para ser recibido por Madre. Allí lo esperaba este mismo jardín urbano del que hablábamos antes en este escrito mediocre. En un año, de esta misma maceta que a penas y se le veían tres hojas (hojas gruesas y extrañas que no dejan ver de qué tipo de planta se trata exactamente, más siendo como uno que no sabe nada de plantas) tendrá ramas largas que caen y cuelgan, se mueven con los vientos esquizofrénicos del cambio climático, pues el clima en San Salvador ya no es como hace 20 años, según dicen. Y destacará en un jardín urbano, que qué lindo ese galán de noche.

Familia de Galanes

Patricia Trigueros

Paty Trigueros

105 lbs, Sagitario, 1m56. Paty Stuff son las cosas que llenan mi agenda, las reseñas y anécdotas que lo recuentan. Hablo español, inglés, francés y spanglish. Me exilié en Francia por cuatro años y al regresar caí en copy publicitario, entre otras cosas. Redacto, escribo, traduzco, me río, tomo mucho café, soy una fumadora de medio tiempo y como como señorita pero tomo caballero.

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